Podemos juzga «preocupante» la inminente fusión de Caixabank y Bankia

El secretario de Economía de Podemos, secretario de Estado de Derechos Sociales y conegociador de los Presupuestos Generales del Estado en nombre del Gobierno, Nacho Álvarez, calificó este viernes de «preocupante» la fusión que ultiman Caixabank y Bankia, por los peligros del oligopolio, la falta de competencia, la existencia de entidades financieras «demasiado grandes para dejarlas caer» y el recorte de plantilla que conllevan todas las fusiones empresariales.

Lo hizo en un hilo de Twitter recogido por Servimedia y que difundieron inmediatamente el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias; la ministra de Igualdad, Irene Montero; la secretaria de Estado para la Agenda 2030, Ione Belarra, y el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique. En él comentaba la noticia que saltó anoche de la inminente fusión de ambas entidades, que crearía el mayor grupo bancario de España.

«De la última crisis salimos con una importante concentración bancaria. Seguir profundizando la oligopolización del sector financiero no es una buena noticia para la competencia del mercado, ni para la propia estabilidad del sector financiero», argumentó Álvarez. «La crisis anterior nos enseñó que tener entidades financieras ‘demasiado grandes para quebrar” (too big to fail) genera importantes riesgos para la estabilidad del sector: comportamientos de riesgo moral, de captura institucional…»

«Además», prosiguió, «las fusiones suelen tener importantes implicaciones sobre las plantillas laborales de las empresas. No es este precisamente un buen momento para posibles despidos de trabajadores, en un contexto de alto desempleo».

Para el negociador de Presupuestos de Podemos, «impulsar la modernización del tejido productivo español requiere desarrollar una banca pública eficiente, como por ejemplo tiene Alemania. Bankia puede ser el embrión para ello, y por tanto el Estado no debe abandonar su participación en el capital, reprivatizando la entidad». En este sentido, recordó que «el Estado invirtió 24.000 millones en sanear Bankia y por tanto debe proteger a los contribuyentes, que rescataron con sus impuestos la entidad». A su modo de ver, «las ayudas públicas deben servir para atender necesidades económicas generales, y no para mejorar la rentabilidad de otras entidades».