En el marco de la Junta General Ordinaria de Accionistas de Repsol, el presidente de la empresa, Antonio Brufau, mostró su confianza de que el pago del dividendo complementario pueda alcanzar el euro por acción “más pronto que tarde”. La afirmación fue hecha tras la aprobación de un pago del referido dividendo de 0,5 euros por acción. Con ello, la retribución para el conjunto del ejercicio 2017 se elevará a 0,9 euros, 12,% más que en 2016.
Por otro lado, Brufau rechazó que la compañía se plantee el pago de un dividendo extraordinario con los 3.800 millones de euros que va a percibir por la venta del 20% del capital de Gas Natural Fenosa. La Junta aprobó también las cuentas de 2017, ejercicio en el que la petrolera ganó 2.121 millones de euros, su mayor beneficio de los últimos seis años.
EL VEHICULO ELECTRICO: DEPENDIENTE DE LA GEOPOLÍTICA Y NO TAN VERDE COMO SE CREE
Brufaus dedicó parte de su intervención a valorar las perspectivas del vehículo eléctrico, del cual afirmó que “se está enfrentando a grandes incertidumbres”, por lo que que duda que pueda ser competitivo antes del año 2025. Con todo, avanzó que “el vehículo eléctrico es una gran oportunidad que formará parte del negocio de Repsol” llegado el momento.
“Vamos a estar con el vehículo de combustión y con el eléctrico”, añadió el presidente de Repsol, que apuntó que algunos de los problemas del vehículo eléctrico son de tipo geopolítico. En concreto, indicó que tiene una alta dependencia del cobalto, un metal cuya producción se concentra en unos pocos países.
Además, pidió tener en cuenta su impacto en emisiones en todo su ciclo de vida, desde que se construye hasta que se recicla la batería. En esta línea, afirmó que si Alemania sigue dependiendo del carbón para producir el 50% de su electricidad, en 20 años los vehículos eléctricos generarán allí más emisiones que los vehículos de combustión.
De hecho, Brufau aseguró, en referencia a los nuevos motores de combustión, que si en 2030 se han sustituido en España todos los vehículos de este tipo se lograría una reducción de sus emisiones del 50%, lo que equivale a 20 millones de toneladas. Según las estimaciones de Brufau, en estos años España debe reducir su total de emisiones desde unos 336 millones de toneladas hasta al menos 300 millones, si se han de cumplir sus objetivos medioambientales.
Por ello, criticó “cierto ilusionismo” existente con el vehículo eléctrico y pidió que se den también ayudas para sustituir los vehículos de combustión, ya que con lo destinado para adquirir un vehículo eléctrico se pueden sustituir siete u ocho de combustión. Asimismo, advirtió de que “a corto plazo” si se gestionan mal estas ayudas a la adquisición de vehículos eléctricos se podría acabar transfirendo renta de los ciudadanos menos favorecidos a las clases más favorecidas, ya que el acceso a los vehículos eléctricos requerirá, hasta que sean competitivos, un alto nivel adquisitivo.
TENSION EN EL MEDIO ORIENTE NO ES POSITIVA PARA REPSOL
En cuanto al incremento del precio del petróleo provocado por la tensión entre Estados Unidos e Irán, Brufau aseguró que “no es muy positivo” para la compañía, señalando que el petróleo debe evolucionar en función de “las reglas de mercado y no de situaciones geopolíticas”.
En este sentido, Brufau prefirió enfatizar la buena marcha de la empresa más allá de los vaivenes del precio del petróleo. Así, destacó que 2017 fue “muy buen año” para Repsol, porque “la economía mundial y española en particular han estado funcionando muy bien” y porque la compañía ha logrado “los máximos niveles de eficiencia y generación de valor”.