Puig cerró el ejercicio 2020 con unas pérdidas de 72 millones de euros en el «peor año de la historia de la compañía», según ha explicado el consejero delegado de la empresa, Marc Puig, en rueda de prensa este miércoles.
Estas pérdidas han sido resultado del impacto de la pandemia en el negocio de la empresa, cuyas ventas se redujeron un 24% interanual, pasando de 2.029 millones de euros en 2019 a 1.537 millones en 2020; mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) se mantuvo positivo, con 93 millones, tras registrar 333 millones en 2019.
El CEO ha destacado que la evolución del Ebitda «demuestra que la empresa continúa generando caja» a pesar del impacto del Covid-19, que ha provocado una reducción significativa en la venta de perfumes, maquillaje y vestidos de fiesta.
Ha señalado que durante 2020 la empresa entró en el mercado del maquillaje con marcas propias, con el lanzamiento de una línea de la marca Carolina Herrera.
Además, ha explicado que el confinamiento hizo crecer las ventas realizadas ‘online’ hasta el 28% del total, aunque fue dispar según las marcas, con un 23% en Paco Rabanne o un 45% en Penhaligon’s.
Ha apuntado que «es más fácil llegar al consumidor con productos con representación visual», en referencia al maquillaje y la moda, y lo ha contrastado con la perfumería.
Las previsiones de la empresa pasan por una ligera reducción de las ventas por Internet durante 2021 por la apertura tras el confinamiento, aunque Puig ha apuntado que «el canal ‘online’ irá cogiendo peso progresivamente» y ha augurado alcanzar el 30% del total en 2025.
CRECIMIENTO FUTURO
Puig ha explicado que el nuevo plan estratégico de la empresa ha fijado el objetivo de doblar las ventas hasta 2023, para alcanzar 3.250 millones de euros, y triplicarlas hasta 2025, cuando serían de 4.500 millones de euros.
El objetivo de la empresa es que tres de sus marcas -Paco Rabanne, Carolina Herrera y Charlotte Tilbury- superen los 1.000 millones en 2025, mientras que cuatro marcas se moverían entre 300 y 1.000 millones y el resto, entre 100 y 300 millones.
Además, la empresa apuesta por incrementar el peso del mercado asiático en sus ventas para que pase de significar el 7% en 2019 al 16% en 2023 y al 25% en 2025, ‘like for like’.
El CEO ha asegurado que Puig prevé volver a tener beneficios en 2021, aunque ha señalado que «será un proceso progresivo» y que tardará entre dos y tres años a volver a las previsiones previas a la pandemia.
También ha augurado que una vez superada la pandemia, la recuperación será muy marcada y ha hecho hincapié en el ahorro acumulado por las familias «y las ganas de salir y tener contacto social».
DOS GRANDES TENDENCIAS
El directivo ha explicado que Puig ha alterado el plan empresarial que ha seguido en los últimos 15 años para centrarse en dos grandes tendencias de futuro: «El ‘smartphone’ y China».
Ha detallado que el uso masivo de ‘smartphones’ para realizar videollamadas o tomarse ‘selfies’ ha provocado un aumento de las ventas en la categorías de maquillaje y productos para el cuidado de la piel superior a las de la perfumería.
«Es muy fácil hacerse una foto virtual y ver como queda un producto», ha explicado Puig, que ha añadido que es algo imposible de realizar en el mercado de la perfumería.
Por otro lado, ha destacado el crecimiento del mercado chino, un país en el que el uso de perfumería es menor que en otros mercados y donde las empresas de los sectores del maquillaje y la piel «han tenido un crecimiento superior» al de Puig.
Para dar respuesta a estas dos grandes tendencias, la empresa ha apostado por estos mercados con la creación de la división Derma, que prevé que en 2021 signifique algo más del 10% de las ventas del grupo, y crecer en el sector del maquillaje.