El expresidente del Gobierno Felipe González ha asegurado este viernes que «nunca» ha pensado que el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol sea «un corrupto» y que, aunque le cuesta creer todo lo que está pasando en torno a este caso, cree que está en «una operación de cobertura hacia los que tiene debajo», es decir, sus hijos.
Así lo ha dicho en el desayuno informativo organizado por Europa Press Andalucía y la Fundación Cajasol en Sevilla, donde ha mostrado su «asombro» por la supuesta herencia del expresidente catalán y en la que ha insistido en que cuando se conocieron las primeras noticias al respecto pensó que «era una operación de cobertura». «Y todavía hoy pienso que puede ser así aunque eso no le quita la extrema gravedad al asunto y ya veremos su desarrollo», ha añadido.
En este contexto, González ha pedido distinguir entre quienes son corruptos y los que no porque, en su opinión, «lo que no es tolerable es meter la mano». «Si un líder se ha enriquecido y aprovechado con el ejercicio de la función, estamos ante un corrupto. Pero estamos tratando a todos por igual y eso va a degradar enormemente la convivencia», ha opinado.
González también ha desvelado que, «con discreción», hace «todo lo posible» para que no se produzca «una fractura» en la sociedad catalana y que medió entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, para que se reunieran. «No sé si tuve alguna influencia en eso, me parece que sí», ha apostillado tras recordar que la reunión entre ambos finalmente se produjo este verano.