Puma registró en el conjunto de 2022 unos beneficios netos de 353,5 millones de euros, lo que implica una mejora del 14,2% respecto a las ganancias de 309,6 millones de euros de 2021, según ha informado la compañía alemana de ropa deportiva.

En cuanto a los ingresos, estos se situaron en 8.465 millones de euros, y representan un incremento del 24,4% comparado con el volumen de negocio de 6.805 millones de euros del año previo. De estos, el 51% provino de la comercialización de calzado, el 34,2% de ropa y el 14,8% restante por la venta de accesorios. No obstante, los costes de venta, operativos y por otros gastos también avanzaron un 25,3%, hasta los 7.858 millones de euros.

Solo en el cuarto trimestre del ejercicio el beneficio neto alcanzó 1,4 millones de euros, frente al saldo positivo de 7,9 millones de euros de un año antes, un 82% menos interanual. Esto se explica por el crecimiento de los gastos, que avanzaron un 26,7%, hasta los 2.168 millones de euros.

Por su parte, los ingresos trimestrales fueron de 2.197 millones de euros, lo que equivale a un alza del 24,3% comparado con la facturación de 1.767 millones de euros de 2021.

«2022 fue un año histórico para Puma. Hemos acelerado nuestro crecimiento en todas las categorías de productos y a nivel mundial a pesar de un mercado volátil», ha señalado la consejera delegada de Puma, Arne Freundt.

El consejo de supervisión y el consejo de administración han acordado proponer a la junta anual de accionistas un dividendo de 0,82 euros por acción.

Ya de cara a 2023, Puma espera un crecimiento de las ventas cercano a los dos dígitos y un resultado operativo de entre 590-670 millones de dólares, similar a los 641 millones que se anotaron en 2022. La empresa anticipa para este año un encarecimiento de los costes de transporte y de las materias primas que «reducirán, de nuevo, la rentabilidad» del negocio.