EEUU y Rusia siguen teniendo diferentes visiones sobre la crisis de Ucrania. Tras una conversación telefónica entre Vladimir Putin y Barack Obama, el presidente ruso ha asegurado que “existen diferencias en los enfoques y evaluaciones de las causas de la crisis y la situación actual».
En dicha conversación, y según un comunicado emitido por el Kremlin, Putin habría insistido en la “importancia de las relaciones bilaterales entre ambos países” las cuales “no deben sacrificarse por diferencias individuales respecto a problemas internacionales por muy importantes que estos sean”.
La situación de Ucrania, ha defendido además Putin, es resultado de «un golpe de Estado anticonstitucional que no tiene respaldo nacional» y que ellos «no pueden ignorar las peticiones que se le han formulado en este sentido», al tiempo que asegura que «han actuado apropiadamente y en plena conformidad con el Derecho Internacional«.
Por su parte la Casa Blanca también ha emitido su respectivo comunicado. En él aseguran que Obama le habría pedido a Putin que resolviese el conflicto por la vía diplomática accediendo a mantener a sus tropas fuera de Crimea, permitiendo la entrada en la región de los observadores internacionales e iniciando un proceso de acuerdo con el actual gobierno de Ucrania.
Barack Obama habría incidido además durante esta conversación en que las decisiones del Kremlin «estarían incurriendo en una violación de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania», lo que habría provocado las sanciones decididas por Estados Unidos, que se unen a las ya tomadas por la UE.
Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, ambos mandatarios han resuelto que sean los ministros de asuntos exteriores de los dos países, John Kerry y Sergei Lavrov, los que continúen las negociaciones.