¡Qué cumplas muchos más!

La carta magna fue ratificada por casi el 90 por ciento de los españoles

La Constitución Española está de celebración, como cada seis de diciembre, ya que cumple 37 años de vida. Aquel día de 1978, los españoles la ratificaron a través de un referéndum, pero no sería hasta finales del mismo mes cuando el Rey Juan Carlos I la sancionará como norma de máximo derecho que rigiera la vida de los ciudadanos españoles.

Y es que la constitución es eso: la norma suprema que abriga y ampara toda la legislación española, y que, además, protege al estado democrático y la igualdad de todos los ciuadadanos que forman parte de esta nación.

Sobre su historia ya se sabe todo, nació durante la transición tras la muerte de Franco. En la cita electoral que debía aprobar la ratificación e introducción de la norma en el sistema político y jurídico español, el sí venció por el 87,78 por ciento de todos aquellos que fueron a votar.

Una anécdota que llama la atención es que, a pesar de que iba a ser sancionada el 28 de diciembre de ese año, se decidió hacerlo un día antes para evitar coincidira con la fecha tradicional de los Santos Inocentes.

Nuevos retos

El pasado es claro, pero la Carta Magna se enfrenta a un periodo convulso y difícil, rodeada de nuevos retos. La crisis, los nacionalismos e independentismos, y la situación política y social han creado un nuevo impulso reformador de este documento.

Ahora, son muchos los partidos políticos que se presentan a las elecciones generales del 20 de diciembre con la idea de que este texto debería reformarse en un impulso de transformación para adecuarse a las nuevas necesidades españolas. Aún así, esta norma esta blindada y necesita de una gran mayoría del Congreso para poder realizar algún cambio transcendental.

Y tal vez sea necesario. Es normal que tras los logros que se obtuvieron en sus primeros años de vida se protegieran, ya que España avanzaba hacia la democracia tras sufrir aproximadamente cuatro décadas de dictadura. Pero en la actualidad la sitación es diferente, y nuestro país ya ha asentado la democracia. Por esa razón, una vez este sistema participativo es estable, se debe mirar al futuro y sin miedo a reformar un texto que se construyó al servicio de los ciudadanos.

Mirar al futuro, sí, pero con cabeza. No hay que tener temor en la reforma de la norma suprema, pero siempre que se realice por y para el servicio de los españoles, es decir para construir un futuro mejor, ya que estos son los valores con los que nació y con los que debe continuar: igualdad, democracia y justicia. Otro mes de diciembre más, muchas felicidades, Constitución.

 

Adrián C. D´Aniello