En renta fija, a menor precio, mayor rentabilidad. Pues bien, en tan solo unas pocas sesiones, la caída de los precios de los bonos alemanes ha provocado que la rentabilidad anual de su bono a diez años haya pasado del 0,05% al 0,65%, es decir, de rozar las rentabilidades negativas a marcar niveles que no se veían desde diciembre del año pasado.
Uno de los principales efectos es el estrechamiento de los diferenciales con otros bonos europeos con ese mismo vencimiento, es decir, lo que conocemos como prima de riesgo.
Pasemos a analizar las causas:
Las alarmas de dispararon cuando en una subasta de bonos realizada la semana pasada, Alemania tuvo más dificultades de lo habitual en colocar deuda.
En las últimas jornadas están aumentando las expectativas de inflación a futuro en la zona euro, debido a la mejora de los indicadores macro (consumo, crecimiento, IPC…) y al rebote en los precios de las materias primas, que evidentemente acaban repercutiendo en el nivel de precios de una economía como Europa, que es importador neto de energía.
El mercado está comenzando a temer que el programa de compra de activos que anunció el BCE e 22 de enero finalice antes de tiempo (inicialmente está previsto que acabe en septiembre de 2016), ya que se ideó con el único objetivo de aumentar la inflación. Si esta se acerca al objetivo del 2% antes de tiempo, no tendría sentido que el “quantitative easing’’ siguiese vigente. El fantasma de la deflación está desapareciendo.
Este «miedo» a una retirada prematura del programa es el que está causando estragos no solo en los mercados de deuda sino en los de divisas, donde el euro está volviendo a subir. Solo hace falta ver el gráfico del tipo de cambio eurodólar para darse cuenta:
Equipo SelfBank