El presidente del Gobierno en funciones augura cuatro años de estabilidad si no se da marcha atrás con las reformas
Sobre la base del «amplio consenso», así pretende afrontar Mariano Rajoy, el siguiente mandato de contar con el respaldo suficiente para ser investido presidente del Gobierno de España.
Rajoy, que sorprendía a los medios de comunicación con su comparecencia tras el último Consejo de Ministros del año, auguraba cuatro años de estabilidad, certidumbre y tranquilidad «si no nos confundimos y somos capaces de constituir un Gobierno que genere la confianza de todos dentro y fuera de España» y que por tanto que dé continuidad a la política reformista puesta en marcha por el Partido Popular durante esta legislatura. En boca y voz del propio Presidente en funciones «sería un Gobierno con un apoyo muy mayoritario que podría hacer por consenso las reformas que fueran precisas sin que nadie se las impusiera a nadie, serían por consenso», apostillaba.
Palabras con las que, tras las reuniones mantenidas con los representantes de los distintos grupos políticos, deja las puertas abiertas posibles reformas no consideradas inicialmente por los populares y siempre desde el diálogo al que obliga la policromía parlamentaria resultante de las elecciones generales del 20 de diciembre. Eso sí, siempre y cuando no se crucen determinadas líneas rojas.
En este sentido Mariano Rajoy, con semblante serio pero tranquilo, ha dejado claro que está dispuesto a formar un Gobierno de coalición con quienes «respeten la voluntad de la mayoría de los españoles» y mantengan el compromiso de «preservar los grandes valores institucionales», es decir, la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de todos los españoles, la posición que se ha venido afianzando durante los últimos años ante nuestros socios europeos, la consolidación económica y lucha contra el terrorismo.
Crecimiento económico y creación de empleo
Rajoy no ha dudado en ensalzar la decisión tomada por el Gobierno en pleno de dar un paso adelante y aprobar las cuentas que guiarán la política económica española durante el próximo año «España, por suerte, tiene unos presupuestos generales para 2016».
Circunstancia que sienta unas «bases sólidas» para apuntalar la progresión económica futura. No obstante, el presidente del Ejecutivo en funciones ha rectificado en una décima las previsiones de crecimiento de este año, rebajándolas del 3,3 por ciento al 3,2 por ciento. Lo que no ha variado es la cifra de nuevos empleos con los que cerrará este 2015 «cerca de 600.000».
Respecto a una posible parálisis derivada de la incertidumbre política tras los últimos comicios se ha mostrado confiado «España tiene una buena posición y genera confianza por las reformas que se hicieron, la estabilidad política y las certidumbres», explicaba tras relatar logros como la mejora de la calificación por parte de las agencias de rating o los «muy buenos precios» que se pagan por los bonos emitidos por el Estado. No obstante, ha dejado caer que, aunque encabezado y bajo las premisas incoadas por el Partido Popular «un gobierno de amplio espectro en que estemos de acuerdo, porque lo estamos, en los grandes asuntos fundamentales va a generar confianza aquí, en los inversores y en los mercados, lo que permitiría seguir con la senda de crecimiento».
Cataluña
Entre las líneas rojas con las que no va a transigir la relativa al proceso secesionista en Cataluña. Punto en el que ha aprovechado para calificar de «espectáculos lamentables» la deriva que padece la región tras las elecciones al Parlament del pasado mes de septiembre. Así Rajoy ha afirmado que «deberían convocarse nuevas elecciones» ya que «cualquier gobierno apoyado por la CUP es un desastre».
En este sentido ha insistido, además, en que debe respetarse la voluntad de la mayoría de los españoles y que, tal y como ha expresado en anteriores ocasiones los preceptos y valores que se recogen en la Constitución española están por encima de cualquier decisión tomada de forma unilateral «la Ley hay que cumplirla», sentenciaba.
No obstante y aunque ha reconocido haber mantenido contactos con otros partidos nacionalistas como el PNV y «supone» que hablará con otras fuerzas del mismo rasgo, ha destacado que «no tengo pensado pedir apoyo a partidos que quieran hablar de romper con España».