Una valoración de empresas se trata de un servicio de alto valor añadido destinado a proporcionar un valor cuantitativo de una empresa o de unos activos. Las razones que llevan a su realización pueden ser muy diversos y no siempre están relacionados con una posible operación de venta.
¿Cuáles serían las situaciones más comunes?
Situaciones donde la motivación de la valoración es una transacción, como son la venta de una participación, una ampliación de capital, una sucesión generacional, la entrada o salida de un socio, la adquisición de una sociedad, un proceso de fusión, pignoración de acciones, etc.
Situaciones estratégicas donde la valoración se utiliza para medir la creación de valor, como la identificación de los value drivers de la compañía sobre los que incidir, analizar la continuidad de la empresa, una línea de negocio o un determinado producto e incluso establecer la remuneración del equipo directivo en función de la creación de valor.
Las metodologías de valoración más utilizadas
Entre las muchas metodologías de valoración se pueden destacar las más comúnmente utilizadas como el Descuento de Flujos de Caja, los Múltiplos de Compañías Cotizadas Comparables y los Múltiplos de Transacciones Comparables. Estos métodos son complementarios, aportando cada uno puntos de vista diferentes.
Por un lado, de la valoración por el Descuento de Flujos de Caja resultaría el valor intrínseco de una compañía, en función de su situación actual y de sus perspectivas futuras para los próximos años reflejadas en su Plan de Negocio.
Por otro, las otras dos metodologías aportarían un valor de mercado diferente. La valoración por múltiplos de Compañías Cotizadas Comparables aportaría cuál es el valor de la compañía en función de la cotización de compañías cotizadas del mismo sector y el método de valoración por Transacciones Comparables aporta el valor de mercado de la compañía, en función del precio pagado por compañías similares.
Si bien hay más metodologías, sobre todo las basadas en métodos contables, en eValora consideran que una empresa vale lo que es y será capaz de generar, no tanto los beneficios de años o épocas anteriores que a buen seguro serán diferentes, porque si algo enseña la experiencia es que una empresa avanza o retrocede, pero nunca se queda igual.