Renfe instalará de forma sucesiva un total de 668 desfibriladores en sus trenes Ave, Larga y Media Distancia y Turísticos, de los cuales 570 ya están en inicio del proceso de puesta en marcha, con una inversión de tres millones de euros.
Tal y como explica esta iniciativa tiene como objetivo principal «salvar vidas», garantizando la máxima seguridad ante una posible emergencia cardiorrespiratoria, que pudiera sufrir los viajeros que utilizan el transporte ferroviario de Renfe.
Por tanto, se dispondrá de un desfibrilador por tren y habrá una reserva de dispositivos ubicados en estaciones (en puntos geográficos estratégicos) para remplazar los equipos en caso de haber sido utilizados en una emergencia sanitaria.
Así, en un primera fase, los trenes Alta Velocidad dispondrán de 168 desfibriladores, los de Larga Distancia tendrán 17, mientras que los de Media Distancia y Turísticos tendrán 330 y 5, respectivamente.
Los desfibriladores estarán ubicados en las zonas más accesibles de los trenes, como cafeterías, zonas de ‘vending’ o espacios para personas con movilidad reducida. También se está colocando señalización tanto en el exterior de los coches como en el interior, en diferentes puntos, para ayudar a encontrarlos en caso de necesidad.
Según Renfe, para facilitar su utilización rápida y segura hay que seguir las instrucciones sonoras o visuales del Desfibriladores Externos Semiautomáticos (DESA). Además, este tipo de dispositivos estarán conectados al servicio de emergencias 112 y de manera automática realizarán una llamada de aviso a través de un protocolo ya establecido.
Este proyecto implica dotar al personal ubicado en estos espacios cardioprotegidos de una formación adecuada para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino. A día de hoy, se ha formado a un colectivo profesional de 2.226 personas.