Rupert Stadler, ex consejero delegado de Audi, ha culpado este martes a los ingenieros por no descubrir antes el software que alteraba las emisiones de algunos vehículos diésel del grupo automovilístico Volkswagen cuando estaban siendo objeto de pruebas de laboratorio.
Así lo ha señalado al testificar por primera vez ante el Tribunal de Munich tras el inicio del juicio en su contra, después de ser acusado de fraude por el caso del diésel del fabricante de vehículos alemán.
Stadler ha sido el primero de los altos cargos en testificar en el juicio, mientras que el mes que viene se enfrentarán a los tribunales otros directivos, entre los que se encuentra Martin Winterkorn, expresidente del consorcio Volkswagen entre 2007 y 2015.
El testimonio de Stadler fue en línea con lo señalado por la propia compañía y aseguró que cualquier manipulación del motor fue culpa de un grupo de ingenieros «deshonestos». Así, indicó que fueron estos trabajadores los que no revelaron la información completa de lo que estaba ocurriendo, sino que solo daban fragmentos de la misma.
Según él, esto obstaculizó sus esfuerzos por llegar al fondo de esta mala conducta y causó daños a la empresa.
Stadler está acusado de no detener la venta de los vehículos afectados por el software en Europa incluso después de que las autoridades estadounidenses descubriesen esta manipulación. La ley alemana podría condenarlo entre seis meses y diez años de cárcel, según recoge Bloomberg.
Por su parte, los fiscales de Munich subrayaron que Stadler debería haber sospechado al menos desde septiembre de 2015 que los vehículos manipulados también se vendían en Europa, pero no detuvo ni la producción ni la venta de los mismos.
Durante el juicio, el exdirectivo estuvo cerca de una hora describiendo al tribunal su vida como consejero delegado de Audi, señalando que la mayoría de los correos electrónicos que recibía fueron atendidos por su secretaria debido a su alta carga de trabajo, tal como recoge DPA.
ARRESTO
Stadler, que estuvo al frente de Audi desde 2007 hasta 2018, fue arrestado en junio de 2018. Él y tres directivos e ingenieros de la firma de los cuatro aros están acusados de desarrollar un dispositivo para falsificar las emisiones de los motores de diésel.
Tras años de investigación, la fiscalía presentó una acusación a finales de julio de 2019 que contenía alrededor de 400 páginas y un anexo de 7.000 hojas.
Todo ello después de que el grupo automovilístico Volkswagen admitiese en septiembre de 2015 haber manipulado más de 11 millones de automóviles diésel en todo el mundo mediante la colocación de un dispositivo que alteraba las emisiones reales de óxidos de nitrógeno (NOx) al ser objeto de pruebas de laboratorio.