El Banco de Rusia ha decidido subir en 75 puntos básicos la tasa de referencia para sus operaciones, que pasará a situarse en el 7,50%, superando así las expectativas del mercado, que esperaba un endurecimiento de la política monetaria rusa de entre 25 y 50 puntos básicos.
El organismo presidido por Elvira Nabiullina ha señalado que la inflación se está desarrollando «sustancialmente por encima de las previsiones» y se espera que se sitúe entre el 7,4% y el 7,9% a finales de año, cuando la meta de estabilidad de precios del Banco de Rusia es del 4%.
En el mes de septiembre, el índice de precios al consumo se elevó al 7,4% desde el 6,7% interanual de agosto y se estima que el dato de octubre suba hasta el 7,8%, situando las expectativas de inflación para el cierre de 2021 entre el 7,4% y el 7,9%.
Según el pronóstico del Banco de Rusia, la inflación anual se reducirá a un rango de entre el 4% y el 4,5% en 2022 y se mantendrá cerca del 4% más adelante.
«Si la situación se desarrolla de acuerdo con el pronóstico de referencia, el Banco de Rusia mantiene abierta la perspectiva de nuevas subidas de tipos en sus próximas reuniones», ha subrayado la entidad, que ha subido el precio del dinero en sus seis últimas reuniones de política monetaria.
En este sentido, la entidad considera que la contribución a la inflación de factores persistentes sigue siendo considerable gracias a un crecimiento más rápido de la demanda en relación con la expansión de la producción, lo que inclina «marcadamente al alza» el balance de riesgos de inflación.
«El balance de riesgos está marcadamente inclinado al alza. El efecto de los factores inflacionarios puede intensificarse por las elevadas expectativas de inflación y los efectos secundarios que lo acompañan», advierte.
De este modo, señala que una mayor presión inflacionaria puede provenir de los problemas en las cadenas de producción y logística, de la escasez de personal, así como de los cambios estructurales en el mercado laboral como resultado de la pandemia que impulsase los salarios mucho más que la productividad.
Por su parte, los indicadores de alta frecuencia sugieren que la economía rusa siguió creciendo en el tercer trimestre, aunque a un ritmo algo más lento, algo que podría agravarse en el contexto de medidas antipandémicas más estrictas.
Teniendo en cuenta la evolución económica rusa y mundial, así como la naturaleza de las limitaciones de la oferta, el Banco de Rusia espera que el PIB del país crezca entre un 4% y un 4,5% en 2021, mientras que entre 2022-2024 aumentará entre un 2% y un 3% anual.