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¿Se conduce a un fallo multisistémico a escala planetaria por estrés inflamatorio global?

La forma estresante de vida que viven las personas provoca niveles de intensidad o inflamación capaces de trascender al sistema humano y escalar sistemas sociales y ambientales, algo que quizás es desconocido por muchos y escapa de la comprensión.

La globalización en la tecnología se ha comportado como eje transversal que favorece la percepción del estrés de los habitantes con efecto en la salud mental, lo cual ha conllevado desde fallas que pasan desapercibidas hasta intensos procesos de inflamación que afectan el conjunto de órganos del sistema humano, con nefasta trascendencia sociales y ambientales como efecto de la interconexión entre sí.

Un grupo de expertos realizaron un estudio, publicado el 12 de marzo de 2024 en el que describen un mapa inflamatorio multiescala: vinculando el estrés individual con la disfunción social, dibuja límites mucho más extensos, inimaginables del fenómeno del estrés y alerta en cuanto que: “a medida que las poblaciones de todo el mundo muestran niveles crecientes de estrés, comprender los vínculos emergentes entre el estrés, la inflamación, la cognición y el comportamiento es vital para la salud humana y planetaria”.

Ellos proponen: “una hipótesis del «mapa de inflamación central» para explicar cómo el cerebro regula la inflamación y cómo la inflamación afecta la cognición, la emoción y la acción”.

En la hipótesis propuesta; “la inflamación es un factor multiescala que conecta los factores estresantes que afectan a los individuos con la disfunción social a gran escala y, en última instancia, con los impactos ambientales a escala planetaria”.

El estrés inflamatorio global, sería la realidad aumentada de la inflamación crónica del innato mecanismo de supervivencia: el estrés.

¿Qué posibilidades hay de actuar al respecto? 

Los autores del estudio resaltan la necesidad de centrar acciones en áreas claves como:

“Intervenciones de mitigación del estrés en múltiples niveles y escalas, incluidas medidas de estilo de vida, terapias de precisión y diseño de ecosistemas humanos”.

“Esfuerzo de investigación internacional, interdisciplinario y coordinado para comprender la naturaleza multiescala del estrés”.

El vínculo inflamatorio permea e interescala todas las dimensiones del ambiente, generando retroalimentaciones complejas que impactan negativamente en la cognición, emoción y acciones o comportamientos que vinculan “el estrés con la disfunción social”.

¿Se pueden considerar, entonces, episodios de enfermedad psicogénica masiva como una forma de disfunción social?

“La enfermedad psicogénica masiva es una manifestación particularmente dramática del estrés laboral”, en la que aparecen síntomas físicos o psicológicos sin causa médica.

“Los factores relacionados con muchos brotes laborales son el aburrimiento y el trabajo rutinario; las demandas de producción intensa; los factores estresantes físicos; la mala comunicación, y las deficientes relaciones entre la fuerza de trabajo y los niveles gerenciales”.

¿Es lícito, entonces, considerar esta enfermedad como una disfunción sociolaboral inflamatoria aguda, cuya forma subaguda se expresa en diversos trastornos de salud mental asociados a estrés crónico?

El modelo propuesto por el grupo de investigadores dibuja unos límites mucho más extensos, límites inimaginables del fenómeno del estrés y alertan de la necesidad de actuar en múltiples niveles como es el ámbito del trabajo.

Los problemas de estrés en el trabajo requieren de una profunda introspección, resulta insuficiente incrementar la conciencia del estrés laboral sin enseñar habilidades organizacionales e individuales específicas para el manejo de situaciones estresantes.

Situaciones estresantes sensibles de incrementarse por la transversalización de la digitalización en el trabajo.

Conductas o comportamientos de estrés inadaptados a la interfaz digital propician la emergencia de trastornos de salud con componente inflamatorio como los trastornos mentales, musculoesqueléticos, fatiga informática, síndrome visual informático, entre otros; es decir, el estrés digital incrementa el riesgo de discapacidad psicológica y fisiológica que produce el estrés laboral.

El estrés digital debe abordarse desde la multicausalidad con intervenciones interconectadas a nivel físico, cognitivo y emocional escaladas entre lo humano y lo organizacional, con enfoque multidisciplinario y en especial con la mirada de la ergonomía de la cognición. Por Frutovit.

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