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Se consolida la política de preservación de material histórico ferroviario

Puede considerarse plenamente consolidada una de las novedosas iniciativas puestas en marcha desde el ámbito privado, en el marco de la preservación y puesta en valor del patrimonio histórico español, a la que da total respaldo desde el punto de vista cultural la Fundación del Patrimonio Ferroviario.

Dicha iniciativa se basa en emplear en actividades ordinarias de carácter industrial locomotoras de ferrocarril que, aun teniendo una notable antigüedad como para ser consideradas vehículos históricos, reúnen unas características técnicas que las hacen aptas para el desempeño de determinadas funciones.

Es el caso de un sinnúmero de locomotoras diésel construidas entre 1940 y 1990, la cuales, bajo determinados parámetros de mantenimiento, pueden venir a prestar con la más absoluta fiabilidad diferentes servicios, por exigentes que estos resulten.

Así, y bajo la premisa de que resulta mucho más fiable operativamente una locomotora de mayor antigüedad perfectamente mantenida que una de menor antigüedad bajo un mal mantenimiento, Standard Railway Company viene dedicando locomotoras de su propiedad a afrontar diferentes servicios de carácter industrial. Servicios que, en todos los casos, se vienen prestando con la mayor exactitud y a plena satisfacción de las partes implicadas.

A ese impecable funcionamiento a la hora de prestar tales servicios se une la satisfacción de ver con ello asegurado económicamente el riguroso y exhaustivo mantenimiento que tales vehículos, por su mayor antigüedad, requieren. Se salva con ello uno de los aspectos que han hecho fracasar numerosas iniciativas culturales desarrolladas en las últimas décadas en el campo de la preservación patrimonial del material histórico.

La adquisición, restauración, puesta en marcha y mantenimiento técnico de cualquier vehículo histórico de ferrocarril tiene unos costes muy elevados. Además, por mucho que un vehículo de este tipo sea restaurado, si acto seguido no entra en un programa de funcionamiento que le asegure un movimiento más o menos regular, su progresivo deterioro, y con ello el fracaso de la iniciativa, son más que probables.

Esos son los fundamentos de la política puesta en marcha en su día por Standard Railway Company, uno de los patronos de la Fundación del Patrimonio Ferroviario. Política basada en aplicar ese material a unas ciertas funciones de carácter ordinario a través de las que obtener los imprescindibles retornos económicos con los que garantizar su debido mantenimiento operativo.

Lógicamente, estos novedosos postulados no son aplicables a locomotoras de vapor u otro tipo de vehículos históricos cuya mayor antigüedad, o su propia tipología, no facultan su aplicación a funciones de carácter industrial desarrolladas en la actualidad. Queda claro, por tanto, que su aplicación queda limitada a locomotoras de la naturaleza y época anteriormente señaladas.

Standard Railway Company, bajo el asesoramiento cultural de la Fundación del Patrimonio Ferroviario, trabaja actualmente en poner en estado de marcha todos los vehículos que ha adquirido a lo largo de sus casi diez años de existencia. De ello se encarga la Sociedad Española de Actuaciones Mecánicas, S. L. Así, y al igual que ha sucedido con los que ya ha puesto en marcha y prestan actualmente servicio, quedarán progresivamente en estado de funcionamiento el resto de los que componen su nutrido parque de locomotoras.

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