Shell ha anunciado este lunes su intención de dar por finalizadas sus relaciones con Gazprom después de la invasión de Ucrania, incluidas sus participaciones en una planta de gas natural licuada y su participación en el proyecto del oleoducto Nord Stream 2, según ha informado en un comunicado.
En concreto, la empresa anglo holandesa pretende salir de las ‘joint-ventures’ constituidas con Gazprom. Esto afectaría a su participación del 27,5% en la instalación de gas natural licuado Sakhalin-II, su participación del 50% en Salym Petroleum Development y la empresa energética Gydan. Asimismo, la compañía también pretende poner fin a su participación en el proyecto del oledoucto Nord Stream 2, según ha informado en un comunicado.
Shell no ha detallado el impacto de la medida, pero sí ha indicado que a cierre de 2021 tenía alrededor de 3.000 millones de dólares (2.675 millones de euros) en activos no corrientes o a largo plazo en Rusia. De este modo, el grupo espera que su salida de Rusia afecte al valor en sus libros de activos en Rusia y provoque deterioros o ‘impairments’.
Las medidas se producen un día después de que la petrolera británica BP también decidiera abandonar por completo sus negocios en Rusia tras la invasión de Ucrania, incluyendo la salida del accionariado de Rosneft.
«Estamos conmocionados por la pérdida de vidas en Ucrania, que deploramos, como resultado de un acto de agresión militar sin sentido que amenaza la seguridad europea (…) no podemos, y no lo haremos, quedarnos al margen», ha sentenciado el consejero delegado de Shell, Ben van Beurden.
«Nuestro objetivo inmediato es la seguridad de nuestra gente en Ucrania y el apoyo a nuestra gente en Rusia. En las conversaciones con los gobiernos de todo el mundo, también analizaremos las implicaciones comerciales detalladas, incluida la importancia de asegurar el suministro de energía a Europa y otros mercados, en cumplimiento de las sanciones pertinentes», ha apostillado el consejero delegado de la empresa.
Por su parte, la estrategia y el marco financiero ‘Powering Progress’ de Shell permanecerá sin cambios. En este sentido, el grupo ha reiterado su política de dividendos y la intención de distribuir entre el 20% y el 30% de flujo de caja operativo a los accionistas en forma de dividendos y recompras de acciones.
La compañía lanzará un programa de recompra de acciones de 8.500 millones de dólares (7.580 millones de euros) para la primera mitad de 2022, y espera aumentar el dividendo por acción en un 4% para el primer trimestre de 2022.