La compañía de ingeniería y energía ha obtenido un beneficio neto atribuido de 1.432 millones de euros, un 19,6% más en comparación con el mismo periodo del ejercicio anterior. Una mejora que se debe al tijeretazo en los costes y gracias a reforzar el control de los grandes proyectos.
Si nos fijamos en la cifra de negocio se ha visto afectada en este periodo por la fortaleza del euro lo que ha provocado una caída del 3,3% al obtener 17.325 millones de euros. Lastrada por la situación de crisis actual, la facturación del grupo alemán ha bajado en Europa y EEUU mientras que ha crecido un 11% en China.
Sin embargo, los pedidos recibidos en el primer trimestre de su año fiscal han subido un 8,6% hasta los 20.836 millones de euros, con un incremento del 13% en el Viejo continente, un 6% en América y un 1% en Asia/Pacífico. Por áreas, los ingresos en su división de energía han caído un 1%, los de unidad de salud un 5% y el negocio industrial un 2%. La mejora en este periodo ha ido de la mano del negocio de infraestructuras que ha subido un 5% sus ingresos.
De cara a este ejercicio, el presidente y consejero delegado de Siemens, Joe Kaeser, ha destacado que continuarán con en el programa de productividad y estudiarán nuevas medidas para el futuro. De momento para este ejercicio, la multinacional alemana espera mejorar un 15% su beneficio por acción, con unos ingresos en la misma línea que el ejercicio precedente.