El fiscal ha pedido este martes ante un tribunal militar de República Democrática del Congo (RDC) la pena de muerte contra 50 acusados, incluidos extranjeros de haber estado involucrados en el fallido golpe de Estado del 19 de mayo, que se saldó con cuatro muertos, entre ellos el supuesto cabecilla de la asonada, identificado como Christian Malanga, miembro de la diáspora y afincado en Estados Unidos.
«Ruego a este tribunal declararlos culpables de los cargos que se les imputan, sentenciarlos por siete delitos que son atentado, terrorismo, detención ilegal y municiones de guerra, asesinato, asociación para delinquir y financiación del terrorismo. Para pronunciar una sola sentencia: solo la mayor es la pena capital», ha declarado, según ha recogido la agencia de noticias ACP.
Asimismo, ha pedido la confiscación de «todos los objetos utilizados en la comisión de los delitos», es decir, armas, drones, trajes y banderas utilizadas. También ha pedido al tribunal que ordene la devolución de los vehículos «a sus verdaderos propietarios» antes de multarles por daños y perjuicios.
Por su parte, la defensa, a través del presidente del colectivo del equipo legal de los acusados, Richard Bondo, ha solicitado un aplazamiento para preparar su alegato «dada la gravedad de las penas solicitadas por el fiscal».
La fallida asonada de mayo comprendió un doble asalto a la residencia del presidente del Parlamento, Vital Kamerhe, y al Palacio Presidencial en la capital, Kinshasa. Al menos dos integrantes de las fuerzas de seguridad y cuatro atacantes murieron durante el golpe.