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Sordo, preocupado por si el empleo de los fondos europeos se convierte en «el clásico qué hay de lo mío»

El secretario general de CCOO, Unai Sordo, considera que los 140.000 millones de euros que España recibirá del fondo de reconstrucción de la UE no puede convertirse en “el clásico qué hay de lo mío”, sino que debe diseñarse “qué políticas generales transversales relacionadas con la digitalización y la transición ecológica, pero que tienen mucho que ver con las sectoriales e industriales, hay que impulsar”.

Así lo indicó en una entrevista en Servimedia en la que aseguró que la utilización de los fondos europeos “no puede plantearse como una captación de fondos donde las empresas, los sectores, las comunidades autónomas y el ‘sursum corda’ empiecen a hacer la lista de proyectos a financiar y lo sometan a una especie de concurso para subvenciones de carácter finalista como hemos conocido en otras épocas”.

Para el líder de CCOO la estrategia de utilización de los fondos “tiene que partir de una caracterización de qué país queremos a 15 o 20 años, qué sectores y ventajas comparativas tenemos para desarrollar y qué necesidades y déficits tiene el tejido productivo español. Hay que reforzar y desde ahí bajar luego a lo concreto”.

En este sentido, Sordo subrayó que se trata de fijar “qué políticas son más transversales”, por lo que se requeriría “empezar la casa por el cimiento”, pero alertó de que “por lo que me llega sobre cómo se está enfocando desde comunidades autónomas y sectores, se empieza a parecer al clásico qué hay de lo mío, y como vayamos por ahí la vamos a liar”.

Así, el secretario general de CCOO puso como ejemplo a seguir “la experiencia de los ‘clusters’ en Euskadi, donde las empresas grandes, centros de formación, centros de investigación y agentes sociales se ponen a ver qué necesidades tiene un sector”.

Para Sordo, los fondos europeos “tienen que servir para reconfigurar el país”, por lo que aseguró que en CCOO están “ojo avizor y un poco preocupados” sobre cómo se está abordando este tema y criticó que las reuniones con empresarios “generan lobbysmo, que es lo que no hay que hacer”. “Esto no debiera ir de captar fondos, sino de cómo se facilitan políticas transicionales y estratégicas”, concluyó.

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