La firma automovilística Subaru finalizó los tres primeros meses de su ejercicio fiscal, que empieza en abril, con un beneficio neto atribuido de 63.070 millones de yenes (479 millones de euros al cambio actual), un 15,8% menos que los 74.930 millones de yenes (570 millones de euros) que ganó un año antes.
Según los datos publicados por la empresa este lunes, las limitaciones en el suministro de piezas debido a la escasez de semiconductores y la propagación del coronavirus en el sudeste asiático provocaron ajustes en la producción y la suspensión temporal de las operaciones en las plantas de fabricación de la empresa en Japón y Estados Unidos.
Por ello, la producción mundial de vehículos de Subaru disminuyó un 10,6% en dicho período, hasta 549.000 unidades; en Japón bajó un 12,4%, hasta 350.000 unidades, mientras que la producción en Estados Unidos cayó un 7,2%, hasta 199.000 unidades.
En consecuencia, las ventas mundiales de vehículos de la firma se contrajeron un 13,1%, hasta 548.000 unidades. Las matriculaciones en fuera de su mercado local cayeron un 14,2%, hasta 482.000 unidades, mientras que las ventas de vehículos en Japón descendieron un 5,1%, hasta 66.000 unidades.
Subaru cerró los tres primeros trimestres del año fiscal actual con una facturación de 2,01 billones de yenes (15.271 millones de euros), un 3,24% menos en la comparativa interanual.
El beneficio operativo de la compañía automovilística experimentó un retroceso del 21,44% en los tres primeros trimestres de su año fiscal, hasta un total de 77.186 millones de yenes (587 millones de euros).
La previsión de la empresa para el conjunto del ejercicio fiscal contempla lograr un beneficio neto atribuido de 75.000 millones de yenes (570 millones de euros), un 2% menos que el año anterior, mientras que sus ingresos se reducirán un 4,6%, hasta 2,7 billones de yenes (20.544 millones de euros).