El fabricante indio de vehículos Tata Motors, matriz de Jaguar-Land Rover, registró pérdidas por importe neto atribuido a sus accionistas de 44.509 millones de rupias (508 millones de euros) entre abril y junio, lo que representa una mejora del 47% respecto de los ‘números rojos’ anotados por la multinacional en su primer trimestre del pasado ejercicio fiscal.
Según datos de la compañía, Tata Motors facturó en el primer trimestre de su año fiscal, que concluirá en marzo de 2022, un total de 669.880 millones de rupias (7.640 millones de euros), lo que implica un incremento del 105% en comparación con el periodo comprendido entre los meses de abril y junio de 2020.
En cuanto a los resultados de su filial Jaguar Land Rover (JLR), la firma elevó un 73,7% sus ventas en el trimestre, hasta 4.966 millones de libras esterlinas (5.797 millones de euros).
Sin embargo, el fabricante se anotó pérdidas antes de impuestos por importe de 110 millones de libras (128 millones de euros) en el trimestre, lo que supone una mejora de 303 millones de libras (354 millones de euros) respecto del resultado contabilizado un año antes.
Las ventas minoristas del fabricante británico entre abril y junio alcanzaron los 124.537 vehículos, un 68,1% más que un año antes, con un crecimiento del 186,9% en Reino Unido y del 124% en el resto de Europa, mientras que en Norteamérica el repunte interanual del fue del 50,5% y del 14% en China.
De cara a los próximos meses, JLR destacó la dificultad de predecir la evolución de la actual crisis de disponibilidad de semiconductores en el sector automotriz, advirtiendo de que, según los datos recientes de proveedores, «la escasez de suministro de chips en el segundo trimestre que finaliza el 30 de septiembre de 2021 será mayor que en el primer trimestre», lo que podría resultar en volúmenes mayoristas aproximadamente un 50% más bajos de lo planeado.
«Esperamos que la situación comience a mejorar en la segunda mitad de nuestro año financiero», apuntó el fabricante, aunque subrayó que los problemas de capacidad estructural subyacentes solo se resolverán a medida que la inversión de los proveedores en nuevas facilidades de producción entre en funcionamiento durante los próximos 12 a 18 meses, por lo que «algún nivel de escasez continuará hasta fin de año y más allá».