El grupo industrial alemán ha presentado unos números rojos de 69 millones de euros en el primer trimestre de su año fiscal. Según la propia compañía, este batacazo en sus pérdidas neta se deben al lastre que suponen las cuentas de las filiales de acero, a pesar de la mejora del beneficio operativo de la empresa en un 136%, hasta los 398 millones de euros.
En cuanto a las ventas, ThyssenKrupp informa que entre octubre y diciembre de 2013 han caído un 13 %, hasta algo más de 9.100 millones de euros, destacando que los pedidos recibidos han disminuido un 5% respecto a los que la empresa registró durante el primer trimestre fiscal del ejercicio anterior.
Respecto a las previsiones, la germana pretende obtener una ganancia operativa aproximada de 1.000 millones de euros, para lo que tendrá que reducir los costes. Para ello tiene previsto desprenderse de su filial de acero en Brasil en el medio largo plazo, como ya hizo con la de EEUU después de las pérdidas registradas en los últimos años.