El presidente de la Generalitat, Quim Torra, dejó en duda este jueves si convocará elecciones si es finalmente inhabilitado por el Supremo, avisando de que en las manos de Alto Tribunal está «la caída de un Gobierno” y “el fin de una legislatura”, informa Servimedia. Además, apuntó que no será él quien aboque a Cataluña a “una carrera electoral que paralizaría la administración catalana” en plena pandemia.
Lo hizo en una declaración institucional en la Delegación de la Generalitat en Madrid, el también llamado Centro Blanquerna, a la vuelta de la vista oral en la que el Supremo estudió su recurso contra la inhabilitación que le impuso el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por no retirar una pancarta por la libertad de los independentistas presos del Palau de la Generalitat durante la campaña de las elecciones generales de noviembre, como le exhortó a hacer la Junta Electoral.
Tras una serie de imprecaciones contra ejemplos que él entiende demuestran la falta de democracia del Estado español, se declaró “totalmente entregado a la batalla contra la pandemia” y lamentó que aquella pancarta sea «más importante para el Estado español” que esa lucha contra el coronavirus. Una tarea de la que dijo que no se desviará “ni un milímetro hasta el último momento, hasta el último segundo, hasta hacerse efectiva la inhabilitación si ésta es finalmente la decisión completamente desproporcionada” del Supremo.
Con estas palabras, Torra dejó entrever que no se resistirá a dicha inhabilitación; cosa que subrayó después aclarando que él no es ni será “nunca un obstáculo, ni mucho menos una condición para nada” porque no tiene “ninguna ambición personal por encima del proyecto colectivo” y “mañana” estará “trabajando desde cualquier otro frente” por la libertad.
Fue después de eso cuando pronunció el párrafo que dejó abierta la duda de si convocará elecciones o no. “Si el Estado español llega al punto de la irresponsabilidad más absoluta de inhabilitarme, sólo habrá un culpable: él mismo. No voy a ser yo quien, en este momento tan crítico para Catalunya, condene al país a una carrera electoral irresponsable que paralizaría la administración catalana. Tienen que saber, en cualquier caso, que no solamente me van a inhabilitar a mí. Hoy este tribunal tiene en sus manos la caída de un Govern, el fin de una legislatura parlamentaria. Éste no es un castigo a mí por una pancarta, sino que es un castigo a un país entero en medio de una pandemia”.