A la hora de comprar un vehículo o alquilarlo es importante que éste esté cubierto por un seguro, ya que existe una probabilidad de accidentes, fallos, roturas o que algo del coche se estropee y necesitamos que una aseguradora se haga cargo de su coste. Al asegurar nuestro coche, necesitamos decantarnos por un seguro con franquicia o sin franquicia pero para ello antes debemos tener claro a qué se refiere el concepto «franquicia».
La franquicia es un importe económico del total del importe de una reparación que se acuerda entre el propietario del vehículo y la aseguradora y el cuál tendrá que asumir este propietario en caso de siniestro de daños propios. Es importante saber los tipos de franquicia que aplica una aseguradora:
– Franquicia por panel. Se trata de la franquicia por cada elemento dañado.
– Franquicia por lateral. Pagar por cada lateral dañado, paragolpes delantero y/o trasero.
– Franquicia por siniestro. Pagar por todos los daños que se hayan producido en un único accidente.
Una vez conocido el concepto de franquicia y distinguidos los tipos de éste, es importante saber decantarnos por un seguro del coche todo riesgo con franquicia o sin ella. Así, la ventaja de tener franquicia es que el propietario del vehículo tendrá que pagar un menor coste por cada reparación porque la aseguradora verá reducida la siniestralidad. A mayor franquicia, menor coste del seguro.
Para aquellos conductores propensos a sufrir golpes o accidentes con el coche, los seguros con franquicia no son una buena opción. Este tipo de seguro está totalmente pensado para aquellos que muy rara vez sufren un golpe, accidentes o tienen que reparar un elemento del coche. Se recomienda sobre todo acogerse a un seguro con franquicia cuando somos propietarios de un vehículo totalmente nuevo, ya que cubre el total de la reparación en caso de siniestro total.
En cualquier caso, a la hora de asegurar un coche es importante valorar muchos factores y características de éste tales como el precio del coche, el uso que se va a hacer de éste, así como la edad. Si el coche con el que contamos es practicamente nuevo, será recomendable implantarle un seguro a todo riesgo durante al menos los dos primeros años, ya que se trata de un seguro que cubre cualquier daño ocasionado y, en estos casos, resulta muy recomendable, ya que los coches nuevos suelen ser los más propensos a sufrir cualquier mínimo daño o defecto. El seguro a todo riesgo también será algo fundamental en coches de alta gama o modelos muy limitados, sobre todo durante los dos o cuatro primeros años.
Si contamos con un coche de segunda mano, que ya ha sufrido varios desperfectos o el cual ya tiene varios años de vida, será mejor optar por otro tipo de seguro.
Así pues, aplicar un seguro a todo riesgo on o sin franquicia dependerá de un sinfín de características que presente el vehículo. Una vez conocidas las diferencias entre conceptos y lo que resulta más ideal aplicar en uno u otro caso, ya solo le queda al propietario saber elegir cual es la mejor opción acorde a sus necesidades y preferencias.