La agencia turca para la gestión de desastres, AFAD, ha elevado este domingo el número de fallecidos por los terremotos del 6 de febrero en el sur del país a 41.020 víctimas mortales, según recoge la agencia oficial de noticias turca Anatolia.
A esta cifra hay que sumar las víctimas mortales del terremoto en el noroeste de Siria, mucho más difíciles de calcular. Naciones Unidas estima que entre 4.000 y 4.400 personas habrían fallecido en la zona, según la oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Así pues, los seísmos habrían dejado aproximadamente más de 45.000 fallecidos, cada vez más cerca de la aproximación inicial de la ONU, que cifraba el total de víctimas mortales en al menos 50.000
El presidente del organismo, Yunus Sezer, ha resaltado además que «las operaciones de búsqueda y rescate, en su mayor parte, llegarán a su fin el domingo por la tarde», ante el descenso de posibilidades de seguir hallando supervivientes casi dos semanas después de los terremotos.
Por su parte, el ministro de Defensa de Turquía, Hulusi Akar, ha destacado que en estos momentos hay que apelar «a la unidad y la solidaridad». «Haremos todo lo posible para sanar estas heridas», ha explicado, según ha informado la agencia estatal turca de noticias, Anatolia.
El vicepresidente turco, Fuat Oktay, ha detallado que más de 374.000 personas han sido evacuadas ya de las regiones afectadas, entre ellas cerca de 1.600 niños no acompañados. Sin embargo, ha ensalzado que más de 950 «han sido ya reunidos con sus familias».
El director regional de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Rick Brennan, afirmó la semana pasada desde Damasco que el organismo calcula que al menos 9.300 habrían muerto en Siria –unas 4.800 en zonas controladas por las autoridades y 4.500 en áreas en manos rebeldes–, si bien matizó que ahora mismo no hay forma de realizar una proyección ajustada.