Ucrania tiene previsto presentar una demanda ante Organización Mundial del Comercio (OMC) contra Polonia, Hungría y Eslovaquia por su decisión unilateral de prorrogar la prohibición de importar productos agrícolas ucranianos.
Así lo ha adelantado el viceministro de Economía de Ucrania, Taras Kachka, en una entrevista para el periódico estadounidense ‘Politico’. «Es importante demostrar que estas acciones son legalmente incorrecta», ha dicho.
«A nuestros ojos, estas medidas de Hungría y Polonia son una declaración de desconfianza total hacia la Comisión Europea», ha afirmado Kachka, para quien la decisión de estos dos países de imponer sus propias restricciones al grano ucraniano ha pasado a ser un asunto de importancia global.
En ese sentido, se ha preguntado si ante estos hechos, los socios internacionales pueden confiar en que Bruselas habla en nombre de la UE. «Creo que el enfoque de Budapest y Varsovia de ignorar la posición de la UE en política comercial será un problema en su conjunto porque ya no hay unidad», ha valorado.
«Estas prohibiciones arbitrarias son ridículas (…) Creo que Hungría está haciendo una declaración política de que quiere bloquear el comercio con Ucrania y además ignorar por completo a Bruselas», ha dicho.
Kachka ha advertido de que si estos países continúan adelante con estas medidas, Ucrania se vería «obligado» a tomar «represalias», por ejemplo, contra la importación de frutas y verduras de Polonia, a cuyas autoridades ha reprochado que estén legislando en base a la opinión pública.
«La prohibición de Polonia no ayudará a los agricultores, no afectará a los precios, porque los precios son globales», ha señalado el viceministro de Economía, quien se ha comprometido a que Ucrania garantizará que sus exportaciones «no creen ningún tsunami en los países vecinos».
La Comisión Europea prohibió la importación de trigo, maíz, colza y girasol de Ucrania a Polonia, Hungría, Rumanía, Bulgaria y Eslovaquia, por los daños que esta medida de gracia ocasionaría a sus productores y mercados internos.
El 5 de junio se prorrogó el veto hasta el 15 de septiembre de 2023, pero algunos como Polonia y Hungría pidieron que las restricciones no solo se extendieran en el tiempo, sino que además incluyeran otros productos más.
A la espera de la decisión de Rumanía –que en un principio se mostraba partidario de prorrogar la prohibición– y Eslovaquia, Bulgaria aprobó la semana pasada poner fin al veto. «Es un ejemplo de verdadera solidaridad», agradeció el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.