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Un fósil robado permite describir una nueva especie de cocodrilo en los Pirineos

Un equipo de investigadores ha descrito una nueva especie de cocodrilo en los Pirineos a partir de un fósil robado poco antes de su extracción en 2013 y recuperado en pocas semanas gracias a la intervención de los Mossos d’Esquada, informa Servimedia.

El estudio fue dirigido por Albert G. Sellés, del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), y describe la nueva especie a partir de restos fósiles encontrados en Coll de Nargó (Cataluña). Se trata de un cocodrilo terrestre de tamaño relativamente pequeño que pudo alimentarse de las crías de los dinosaurios que ponían sus huevos en esa zona de los actuales Pirineos.

El equipo de investigación formado por investigadores del ICP, el Museo de la Conca Dellà, la Universidade da Coruña y la Universidad de Barcelona la ha denominado ‘Ogresuchus furatus’, que significa ‘el cocodrilo-ogro que fue robado’, en recuerdo al periplo que sufrió el fósil cuando fue descubierto a principios de junio de 2013.

La noche antes de la fecha programada para su extracción, un desconocido robó los restos del esqueleto en el yacimiento del Mirador del Cretaci (Coll de Nargó, Alt Urgell), que permaneció en paradero desconocido durante varias semanas. La intervención de la Unidad de Patrimonio Histórico de los Mossos d’Esquadra identificó el espoliador y recuperó el fósil, que se encontraba en un estado de conservación bastante precario.

Según los resultados del estudio, publicado este jueves en la revista ‘Scientific Reports’, el esqueleto parcial ha permitido describir la nueva especie ‘Ogresuchus furatus’ y es un nuevo miembro de la familia de los sebécidos, un grupo de cocodrilos terrestres abundantes entre el Paleoceno y el Mioceno Medio, hace entre 66 y 15 millones de años.

Uno de los aspectos más interesantes de la investigación es que el fósil tiene 71,5 millones de años y representa el espécimen más antiguo descubierto. «‘Ogresuchus’ es 10 millones de años más antiguo que cualquier otro sebécido conocido hasta la fecha, por lo que el hallazgo nos obliga a redefinir la historia evolutiva de esta familia», explica Sellés.

La característica principal de los sebécidos es que, a diferencia de los cocodrilos actuales, tenían sus patas situadas bajo el cuerpo. «Esta particularidad anatómica les permitía moverse de forma parecida a los mamíferos actuales y ser depredadores muy activos», indica Sellés.

Los restos de Coll de Nargó se encontraban a menos de medio metro de un nido de huevos de titanosaurio y estaban rodeados de cáscaras de huevo. Los investigadores postulan que ocasionalmente se habría alimentado de las crías. «Las crías de dinosaurio probablemente no eran su principal fuente de alimento, pero habrían sido una presa fácil para un cocodrilo de estas características que no habría desperdiciado la oportunidad de depredarlos», cuenta Sellés.

El artículo describe a ‘Ogresuchus’ como un animal bastante pequeño, de menos de un metro de largo. Sus dientes dentados y curvos, así como sus patas gráciles, sugieren que debía ser un depredador activo y muy ágil, capaz de cazar presas pequeñas. Para poder ver los detalles anatómicos sin poner en riesgo la conservación del fósil, el equipo investigador llevó a cabo un escáner mediante tomografía computarizada (TAC).

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