Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Una economía del plástico totalmente sostenible es factible

Un estudio en ‘Nature Sustainability’ prueba que una economía del plástico sostenible es factible con el reciclado combinado con uso de CO2 del aire y biomasa. Además, la imagen del plástico debe cambiar.

El plástico, omnipresente en la sociedad actual, que no puede prescindir de él, produce principalmente a partir del petróleo crudo y cuando llega al final de su vida útil, suele acabar en una planta incineradora de residuos. Los autores recuerdan que la producción de plásticos, que consume mucha energía, y su incineración liberan grandes cantidades de CO2 a la atmósfera, lo que convierte a los productos plásticos en uno de los principales responsables del cambio climático.

Una salida sería apostar por métodos de producción sostenibles, como la economía circular, en la que se recicla la mayor cantidad posible de plástico. Entonces, la principal materia prima de los productos de plástico ya no sería el petróleo crudo, sino los residuos plásticos triturados.

La investigación, dirigida por André Bardow, catedrático de Ingeniería de Sistemas de Energía y Procesos de la ETH de Zúrich (Suiza), junto con Gonzalo Guillén Gosálbez, catedrático de Ingeniería de Sistemas Químicos de la ETH, e investigadores de la Universidad RWTH de Aquisgrán (Alemania) y de la Universidad de California (Estados Unidos), se planteó si es posible modificar la economía del plástico para que sea absolutamente sostenible y ha demostrado que sí lo es.

Los científicos analizaron las cadenas de valor completas de los 14 tipos de plásticos más comunes, como el polietileno, el polipropileno y el cloruro de polivinilo. Estos 14 plásticos a granel representan el 90% de los productos plásticos fabricados en todo el mundo.

En su estudio, los investigadores indagaron por primera vez si es posible que la industria del plástico respete los límites planetarios, que son una medida de la sostenibilidad global. Van más allá de las cuestiones energéticas y climáticas e incluyen, por ejemplo, el impacto sobre los recursos terrestres e hídricos, los ecosistemas y la biodiversidad. En resumen, los procesos que respetan los límites planetarios pueden sostenerse a largo plazo sin agotar los recursos de la Tierra.

El estudio concluye que los plásticos circulares son viables dentro de los límites planetarios. Para ello sería necesario reciclar al menos el 74% del plástico. A modo de comparación, en Europa sólo se recicla en la actualidad alrededor del 15%, y es probable que el porcentaje sea mucho menor en otras regiones del mundo.

Además, el estudio concluye que habría que mejorar los procesos de reciclado. En concreto, el reciclado de plásticos tendría que llegar a ser tan eficiente como lo son hoy otros procesos químicos. En la actualidad, no todos los plásticos pueden reciclarse. En el caso de los poliuretanos utilizados como espumas, por ejemplo, aún no se ha establecido el reciclaje, una cuestión que también aborda el profesor Bardow.

Según el estudio, para el 26% restante de los plásticos, el carbono necesario para su producción podría obtenerse mediante otras dos tecnologías: por un lado, capturando el CO2 de los procesos de combustión o de la atmósfera (lo que se conoce como captura y utilización del carbono o CCU), y por otro, a partir de la biomasa. «El reciclaje por sí solo no lo conseguirá; necesitamos los tres pilares», afirma Bardow en un comunicado.

«Aumentar la tasa de reciclado al 74% en todo el mundo es un objetivo muy ambicioso –admite Bardow–. Como tal, es poco probable que se alcance en 2030, sino que 2050 es más realista». Otro reto, sin embargo, es que actualmente se fabrican más productos de plástico año tras año. Si la tendencia actual se mantiene hasta 2050, no bastará con mejorar los procesos de reciclado, ya que en 2050 se seguirían superando los límites planetarios.

Por eso, los autores del estudio sugieren abordar también la demanda, así como asignar un valor diferente al plástico. «El plástico se considera barato, lo que durante mucho tiempo fue una bendición pero ahora se ha convertido en una maldición –apunta Bardow–. Dadas sus extraordinarias propiedades, deberíamos considerar el plástico como el material de alta calidad que realmente es. Así, estaría bien que costara un poco más, y su reciclaje, también», sugiere.

En el estudio, los científicos señalan que, en el futuro, los productos de plástico deberán ajustarse mejor a la economía circular. Para ello, los fabricantes deberían colaborar más estrechamente con los recicladores. Según los autores del estudio, sería deseable que los fabricantes de plásticos comprendieran mejor la responsabilidad que ahora, suele terminar cuando el producto sale de la fábrica. Por ello, los científicos piden que la gestión de los productos abarque todo el ciclo de vida –incluidos la eliminación y el reciclado– como base para optimizar el diseño de procesos sostenibles.

En cualquier caso, indican que impulsar el reciclaje es el camino correcto, dado que no presenta desventajas graves, debería tratarse como un caso especial en la transformación de la economía hacia la sostenibilidad. «Hay que intensificar los esfuerzos de reciclaje siempre que sea posible –afirma Bardow–. Como buena regla general ‘Más reciclaje de plástico siempre lleva a más sostenibilidad'».

{DF} +Leídas