El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha advertido este miércoles al Gobierno de que los sindicatos no apoyarán para este año una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) inferior a 25-30 euros al mes si no se garantiza que éste alcanzará los 1.000 euros al mes en 2022.
«Si hubiera un compromiso por todas las partes de que el 1 de enero de 2022 el SMI llegará a 1.000 euros, negociaríamos nuestro planteamiento de 25 ó 30 euros para este año, pero eso hay que dejarlo claro ya. Sin ese compromiso, sería difícil creer que en 2023 podríamos llegar al 60% del salario medio», ha precisado.
Sordo, en declaraciones al Canal 24 horas recogidas por Europa Press, ha insistido en que si el Gobierno quiere un acuerdo con los sindicatos para la subida del SMI tiene que garantizar esos 1.000 euros para 2022.ç
Esta cifra, ha dicho, «no es ningún invento», pues es un compromiso que ya adquirió la CEOE en el acuerdo de negociación colectiva que se firmó hace al menos tres años y donde la patronal asumió el objetivo de que no hubiera ningún salario mínimo en convenio inferior a esta cantidad.
El dirigente sindical ha rechazo la posibilidad de establecer un salario mínimo para jóvenes, ya que se trata de una renta de subsistencia. «No es bueno que nadie trabaje en España por debajo de 1.000 euros al mes en jornada completa y no hay una relación causa-efecto entre la subida del SMI y la destrucción de empleo», ha defendido.
En este contexto, y en relación a la Ley de Formación Profesional aprobada ayer por el Gobierno, Sordo ha destacado la importancia de impulsar la formación y el modelo dual, pero ha advertido de que esto «no puede ser una puerta de entrada al raca-raca» de los últimos años de que el paro juvenil se soluciona en España ofreciendo contratos con bajos salarios.
OTOÑO «INTENSO» Y EN PRINCIPIO «NO CALIENTE»
Sordo ha afirmado que el otoño se presenta «muy intenso» ante las negociaciones «de mucha trascendencia» para los derechos de los trabajadores, entre ellas la reforma del mercado de trabajo.
«Si no se ejecutaran los compromisos podríamos ir a un otoño caliente, pero estoy convencido de que el Gobierno tomará decisiones porque además hay compromisos con Europa», ha señalado Sordo, que espera que la CEOE se sume a los acuerdos que puedan alcanzarse.
Precisamente y en lo que respecta a la reforma laboral, el líder de CCOO ha subrayado que España «no puede ser la campeona de Europa» en temporalidad y para frenarla debe restringirse el recurso al despido «fácil y barato» de las empresas, y estabilizar la contratación para que la temporal no sea «la casa de Tócame Roque».
A cambio de todo esto, Sordo cree que habría que buscar una fórmula que permitiera a las empresas en dificultades adaptar temporalmente las jornadas laborales, como se ha hecho con los ERTE asociados a la pandemia.
«En algunos sectores ya estamos en economía en B, como el de la hostelería, donde es el pan nuestro de cada día (…) Yo soy consciente de que es una negociación muy complicada porque toca elementos de poder del empresariado y porque la cultura de la temporalidad está muy instalada en nuestro país (…) Por CCOO no quedará ni un pelo en la gatera para conseguir el acuerdo», ha dicho.
UGT TAMBIÉN AVISA
El secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), Pepe Álvarez, ha insistido este miércoles en que «no hay ninguna razón objetiva» que impida la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2021 y ha recordado que la petición del sindicato es aplicar un incremento de entre 25 y 30 euros para este año, por lo que no descarta convocar movilizaciones si no hay acuerdo y si la subida es finalmente de menor cuantía.
«Reitero que no hay argumentos sólidos para no subir el SMI en el año 2021. No los hay porque no hay ningún país europeo que tenga SMI que no lo haya subido, y la pandemia ha azotado en todos los países de la UE», ha señalado Álvarez este miércoles, en un encuentro informativo en el que ha expuesto las prioridades del sindicato para el nuevo curso.
UGT mantiene su propuesta de subir el SMI en la horquilla de los 25 o 30 euros, a pesar de que la reunión de este lunes entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos concluyó sin acuerdo.
Tras ese traspiés, Álvarez consideró que «las negociaciones están agotadas, porque todo el mundo sabe lo que opina todo el mundo», aunque seguirán trabajando para que la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) firme la subida del SMI.
El sindicalista no descartó que la CEOE, hasta ahora contraria a subir el SMI, apoye la subida en el último momento, «sobre todo por la experiencia de los últimos meses», y se encuentre un «punto de equilibrio» que, en su opinión, también resultará beneficioso para las empresas.
«Vamos a hacer lo posible para que la CEOE esté en este acuerdo, que debería ser a tres años, de tal manera que genere estabilidad en las empresas. Es muy malo para las empresas acordar los acuerdos a medio año», expresó Álvarez.
UGT no se conforma con cerrar el acuerdo para 2021, sino que quiere fijar ya los incrementos para el resto de la legislatura y conseguir que en 2023 el SMI se sitúe en el 60% del salario medio español.
Para Álvarez, el hecho de no llegar a un acuerdo tendrá consecuencias «negativas para los empresarios y para el sistema productivo del país» e instó a la patronal a explicar en público los motivos de su oposición, que en su opinión responde a «la coyuntura política».
El secretario general de UGT también acusó a la CEOE de «sacarse de la manga» propuestas como la aplicación de un SMI por territorios o la creación de un SMI para jóvenes.
«Eso hay que explicarlo. Han ido a la reunión y no se ha explicado en ningún sitio. Es como ir dando palos de ciego, con una única intención: que no se suba el SMI», aseguró.
MOVILIZACIONES SI NO HAY ACUERDO
El secretario general de UGT mostró su desacuerdo con el Gobierno y planteó la posibilidad de convocar movilizaciones o «plantar» al Ejecutivo en otras mesas de negociación abiertas si no se logra la subida del SMI o si es inferior a lo solicitado por el sindicato.
«A mí se me hace muy difícil tener reuniones cordiales con un Gobierno que no sube el SMI. Yo estoy enfadado, como lo están los trabajadores que no cobran el SMI», advirtió Álvarez.
UGT reclamó que el incremento del SMI debía haberse acordado antes de septiembre, para poder aplicarlo «de manera inminente» y, sin embargo, arrastra las conversaciones de enero.
Álvarez aclaró al Ejecutivo que el sindicato fue «flexible» durante la pandemia para conseguir acuerdos para el beneficio de los trabajadores, pero le adelantó que en esta nueva etapa van «a ser más exigentes», como es el caso del SMI.
«Si no hay acuerdo, las movilizaciones van a estar servidas, sin ningún lugar a dudas, y eso tiene efectos negativos sobre el resto de las cuestiones que está negociando el Gobierno», avisó.
Así, si el aumento es menor de lo solicitado por UGT, el sindicato seguirá presente en las mesas, pero con movilizaciones en las calles para «reparar» el aumento de cara a 2022 y evitar esperar «al último segundo» para que el Gobierno «cuele el SMI de 2022 o el no SMI de 2022, como hicieron el año pasado».
A pesar de haber dado por «agotadas» las negociaciones, Álvarez propuso «flexibilidad» si se obtiene un acuerdo hasta el fin de la legislatura y el horizonte de subir el SMI hasta el 60% del salario medio.
«Nuestro objetivo son los 1.000 euros el 1 de enero de 2022 y 1.060 euros el 1 de enero 2023. El 2021 tenemos que ver cómo lo acordamos con el Gobierno. Si no hay esa senda, a nosotros que no nos esperen para firmar», recalcó.
Para la subida del 2021, UGT quiere que se tenga en cuenta «el IPC desbocado» y el alza se coloque en «el entorno del coste de vida de este año».