Unicaja cerró los nueve primeros meses del ejercicio con un beneficio de 580,4 millones de euros, lo que supone multiplicar por siete las ganacias logradas un año antes.
Según informó la entidad, este importante crecimiento se explica por el efecto contable del «badwill» o diferencia negativa de consolidación puesta de manifiesto en el momento de la adquisición de Banco Ceiss. Sin este efecto, el beneficio después de impuestos habría sido de 173,6 millones, frente a los 76,4 millones registrados en el mismo periodo de 2013. La compañía explica que el crecimiento de los beneficios se ha sustentando en la obtención de unos ingresos por intereses y comisiones de 687,3 millones, un 21% superiores con respecto a los nueve primeros meses de 2013.
Unicaja explica que el esfuerzo de saneamiento de los riesgos han permitido reducir los recursos destinados a la cobertura de pérdidas por deterioro, que en los primeros nueve meses del año ascienden a 186,3 millones de euros, un 18% menos que en igual periodo de 2013. Por el contrario, se han incrementado las dotaciones a provisiones (101,7 millones) destinadas, principalmente, a cubrir los costes de reestructuración y los gastos relacionados con la gestión de híbridos de Banco Ceiss. Así, la incorporación de Banco Ceiss ha supuesto un incremento del nivel de morosidad, que se sitúa para el agregado de Unicaja y Banco Ceiss al cierre de septiembre en el 11,5%.
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