Más de 18.000 niños menores de cinco años mueren diariamente, la mayoría de ellos por causas prevenibles, lo que significa una violación del derecho fundamental de la infancia a sobrevivir y a desarrollarse, aunque esta cifra se ha reducido a la mitad en los últimos 20 años.
Así se desprende del informe ‘El estado mundial de la infancia de 2014 en cifras’, elaborado por Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y dado a conocer este jueves.
Con este informe, de 116 páginas y con el epígrafe ‘Todos los niños y niñas cuentan. Revelando las disparidades para impulsar los derechos de la niñez’, Unicef insta a realizar un mayor esfuerzo e impulsar la innovación para identificar y abordar las brechas que impiden que los niños más desfavorecidos de entre los 2.200 millones que hay en el mundo disfruten de sus derechos.
Unicef resalta en su informe que se han logrado grandes progresos desde que se firmara la Convención sobre los Derechos del Niño (1989). Así, unos 90 millones de niños menores de 5 años habrían muerto si las tasas de mortalidad se hubieran mantenido en los niveles de 1990; la mejora en los niveles de nutrición ha rebajado en un 37% el número de niños con retraso del crecimiento y la matriculación en enseñanza primaria ha aumentado en los países menos desarrollados (del 53% de 1990 a 81% en 2011).
Sin embargo, el informe pone también el foco en las violaciones de derechos de la infancia. Por ejemplo, aproximadamente 6,6 millones de niños menores de 5 años (es decir, más de 18.000 al día) murieron en 2012, la mayoría por causas prevenibles. No obstante, esta cifra se ha reducido a la mitad en relación a los 12,6 millones de 1990.
Además, un 15% de los niños de todo el mundo realizan trabajos que comprometen su derecho a ser protegidos de la explotación económica y vulneran su derecho a aprender y jugar, y un 11% de las niñas se casa antes de cumplir los 15 años, lo que pone en riesgo sus derechos a la salud, la educación y la protección.
El informe también revela brechas y desigualdades, con lo que muestra que los logros conseguidos en las últimas décadas están distribuidos de forma dispar. Así, los niños más pobres del mundo tienen 2,7 probabilidades menos que los más ricos a nacer bajo la atención de personal cualificado, lo cual les deja a ellos y a sus madres en alto riesgo de sufrir complicaciones relacionadas con el parto.
Además, de los 18.000 niños que mueren cada día, un número desproporcionadamente alto vive en zonas de las ciudades o rurales que carecen de servicios debido a la pobreza o a las condiciones geográficas, y muchos podrían salvarse con intervenciones poco costosas y de eficacia comprobada.
MEJORAR LA VIDA DE LOS NIÑOS
El informe destaca que «contar con los niños les hace visibles y este acto de reconocimiento hace posible abordar sus necesidades y avanzar en sus derechos». Además señala que innovar en la recogida de datos, su análisis y su difusión posibilita desagregar los datos por factores como la ubicación, riqueza, sexo, etnia o discapacidad, para incluir a los niños que han sido excluidos o ignorados en estadísticas más generales.
«La exclusión termina cuando empiezan a usarse datos inclusivos. Para mejorar el alcance, la disponibilidad y la fiabilidad de los datos sobre las privaciones a las que se enfrentan los niños y sus familias, las herramientas de recopilación y análisis son modificadas constantemente y se están desarrollando otras nuevas. Esto requerirá compromiso y una inversión continuada», dice el informe.
La jefa de la sección de Datos y Análisis de Unicef, Tessa Wardlaw, señaló que «los datos han permitido salvar y mejorar las vidas de millones de niños, especialmente de los más desfavorecidos» y apuntó que «sólo se podrá progresar más si sabemos qué niños son los más desatendidos, dónde hay niños y niñas que no pueden ir a la escuela, dónde hay enfermedades descontroladas o dónde falta saneamiento básico».
Fuente: Servimedia