El presidente del consejo ejecutivo del grupo Volkswagen, Matthias Müller, estima que la derivada del escándalo de las emisiones ligado a los valores irregulares de CO2 podría estar completamente solventada para finales de 2016.
Müller realiza estas declaraciones en una entrevista que avanzó hoy el semanario alemán «Stern» y que se difundirá íntegramente mañana: «Espero que acabemos con esto completamente para finales del año que viene».
El mayor fabricante de vehículos de Europa reconoció en noviembre -en el marco de la investigación interna que inició al destaparse el escándalo de la manipulación de los datos de emisiones de NOx de 9,5 millones de automóviles diésel- que 800.000 de sus coches -principalmente diésel, pero también gasolina- emitían más CO2 y consumían más combustible de lo indicado.
El proceso
Müller reconoció, no obstante, que la resolución de las consiguientes reclamaciones y demandas de los clientes se prolongarán «probablemente durante años». Volkswagen ha calculado que este asunto tiene un «riesgo» estimado de unos 2.000 millones de euros, en gran medida porque un mayor nivel de emisiones de CO2 implica que los propietarios de los vehículos paguen un impuesto de circulación más elevado y de forma retroactiva, algo que el fabricante ya ha indicado que asumirá.
De hecho, la fiscalía general de Braunschweig (norte de Alemania) ha abierto una nueva investigación contra Volkswagen por un presunto delito de evasión fiscal relacionado con este asunto. El presidente del consejo ejecutivo agregó que, dentro del plan que está poniendo en marcha para enjuagar los costes derivados del escándalo de emisiones, la dirección va a ser la primera que «se apriete el cinturón», renunciando voluntariamente a las primas.
El fabricante informó el 3 de noviembre que había detectado «irregularidades» en la certificación de emisiones de CO2 de unos 800.000 vehículos y Müller se comprometió días después a pagar este desfase fiscal, para que la carga no recayese en los propietarios.
EFECOM