¿Cuál es el panorama para los accionistas minoritarios de Pescanova?

Los accionistas minoritarios de Pescanova no confían demasiado en recuperar su dinero, después de que el pasado viernes, el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pontevedra aprobase el convenio de Pescanova, con lo que se produce la salida de concurso de acreedores de la compañía, más de un año después de acogerse a él.

En Gestiona Radio, Carlos F. Sanz, presidente de la Asociación de minoritarios afectados por Pescanova, ha explicado que aunque la salida de la situación de concurso es una buena noticia para todos, ellos todavía tienen muchas dudas sobre cuestiones importantes, y sobre las que exigen respuestas.

En el auto, el Juzgado aprueba judicialmente el convenio propuesto por la representación procesal de la concursada Pescanova. Así, se produce la cesación de los efectos de la declaración de concurso y su sustitución por lo establecido en el convenio. Deloitte deja por tanto de hacerse cargo de la gestión de la compañía. Ahora la multinacional pesquera queda como una empresa capitalizada, viva y con todos sus empleados cobrando.

Pero Sanz explica que, como accionistas minoritarios tienen un dinero atrapado y no ven muy claro cuál será su futuro. En un principio, recibirán acciones de una nueva compañía, Nueva Pescanova, pero que ya han perdido un 97% de su valor. Los títulos que se compraron por 5,91 euros (fue su último precio de cotización), hoy valen 12 céntimos.

Por ello, para recuperar el valor invertido, la compañía nueva tendría que salir a bolsa. Pero aquí los accionistas minoritarios se encuentran con un nuevo problema; y es que la compañía que nace ahora, es Nueva Pescanova, S.L., es decir será una sociedad limitada, así que en principio no cotizará en bolsa, a menos que los futuros dueños cambien de planes. “Espero que alguien nos explique a los accionistas qué va a pasar, qué planes tienen los nuevos dueños”.

En cualquier caso, también hay que tener en cuenta que se habla de pérdidas hasta 2017. “Difícilmente cotizará en bolsa durante todo este tiempo. Desde mi punto de vista, pueden pasar entre 5 y 7 años hasta que se vuelva a bolsa”, asegura Sanz.

Aunque los acreedores recuperarán su dinero, para los accionistas minoritarios no existe ninguna garantía. De hecho, en el plan de viabilidad, trazado para la nueva compañía, se incluye que no se pagará dividendo hasta 2030.

Por eso, Sanz espera que se vayan aclarando todas estas dudas, ya que, como recuerda, el 30 de junio asistirán a la Junta General de Accionistas, en la que, según sus propias palabras “no sabemos lo que estamos votando”.