Dime qué edad tienes y te diré cuál es tu hotel

El acompañante también influye

Todo tiene su edad: una para las locuras, otra para sentar la cabeza y otra para relajarse y disfrutar de la descendencia. Pero hay un pasatiempo que gusta y satisface en todas ellas, viajar.

El turismo es una de las industrias más jóvenes, pero la cual ha evolucionado de forma rápida y en la que se ha invertido una importante cantidad de dinero. Asimismo, el I+D ha convertido a los hoteles en fábricas de sueños y experiencias únicas e irrepetibles. Un ejemplo de ello es la Barceló Group, cuyos avanzados sistemas informáticos y el contacto directo con clientes le ha permitido tener un profundo conocimiento de sus gustos e intereses, lo cual le ha llevado a adaptarlos a cada franja de edad, e incluso tematizarlos.

En función del acompañante, la edad y las actividades que quieran hacerse, Barceló hace una distinción de hoteles en los que vivir experiencias únicas.

A los 20 años se busca viajar con amigos, disfrutar de un tiempo juntos lejos de la rutina y de la vigilancia paternal. Vivir también experiencias nuevas es uno de los aspectos que más atrae a este colectivo, por eso Barceló propone para ellos el Occidental Grand Xcaret Resort de México. El sol, la temperatura y las playas del Caribe permiten evadirse y disfrutar de lo más maravilloso que existe, la vida, y a ello se pueden unir nuevas experiencias como nadar con delfines, bucear con tortugas o conocer culturas ancestrales e increíblemente curiosas.

A los 30, las locuras de jóvenes comienzan a quedarse en el pasado y se comienza a pensar en una vida más sana. Saludable por dentro y por fuera. Para ellos, propone el Barceló Teguise Beach de Lanzarote, un hotel, sólo para adultos, con buena alimentación a la que se puede añadir un buen masaje o una tarde de circuito de spa.

Pero si se viaja con niños, propone, en la misma isla, el Barceló Lanzarote Resort, un hotel con grandes habitaciones familiares, bañeristas, cambiador de bebé e interfonos para poder relajarse en la terraza y escuchar cuando el bebé despierta de la siesta. Además, cuenta con programas de animación para los niños con más edad con el objetivo de que estos se diviertan.

A los 40, las parejas suelen tener ya hijos. Si se viaja con ellos o sin ellos, el Barceló Monasterio de Boltaña, en Huesca, es una buena opción. Para aquellos que no se atreven a dejar a sus hijos adolescentes en casa por miedo al revuelo que puedan crear, el hotel ofrece la posibilidad de realizar actividades como el senderismo, rafting o excursiones 4×4. Si lo que se busca es huir de la rutina y de los hijos, éste es un hotel romántico, con habitaciones de ensueño y una exquisita gastronomía, repleta de sabores tradicionales y auténticos.

A los 50, en sentimiento familiar se incrementa. Los hijos ya están criados e incluso se tienen nietos. En los tiempos que corren es posible que vivan fuera, por eso unas vacaciones en familia es una idea estupenda. Se busca un reencuentro único, en un lugar en el que se lo den todo hecho y que suponga una experiencia inigualable en la que, al pie de la piscina, revivir momentos pasados en familia. Para ello ofrece el Barceló Maya Caribe, un lugar mágico en un entorno paradisíaco.

Después de todo lo vivido llega la jubilación, la tercera juventud para muchos. Y es que en esta etapa se hace todo aquello que la falta de tiempo durante tiempos más jóvenes no ha permitido llevar a cabo. Este colectivo busca un buen hotel, con camas cómodas en las que poder descansar y disfrutar los encantos que ofrecen otras ciudades. Para ellos, propone el Barceló Aran Montegna, en Roma, un maravilloso hotel en una majestuosa ciudad.

Para todo hay su momento y los hoteles se acomodan a las necesidades de cada uno con el objetivo de que siempre se disfrute de los buenos momentos de diversión y desconexión, todo ello para disfrutar el mayor tiempo posible y de la mejor forma.