Este mes de noviembre se cumplen dos años desde que José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, presentara en sociedad el Plan Estratégico para salvar la entidad tras la inyección de 18.000 millones de euros, que suman a los 4.000 millones inyectados con anterioridad. . En este tiempo se ha conseguido dar la vuelta a la entidad, pero como él mismo reconoce en una entrevista concedida en exclusiva a la revista Capital “todavía queda mucho por hacer”.

En concreto, el presidente de Bankia cree que su principal objetivo debe ser “lograr una rentabilidad (ROE) del 10% en 2015, que es importantísimo, pero también confirmar que las mejoras desde el punto de vista de balance continúan”. Pero sobre todo, reconoce, “en el reconocimiento social de la entidad”.

Ahora bien, insiste una y otra vez en que su obsesión es “devolver las ayudas” y para eso “debemos centrarnos en generar valor para nuestro accionista para que la acción se comporte positivamente”. Luego ya, añade, es cosa del FROB decidir “cómo y cuando debe vender”.

De cara al futuro de Bankia, Goirigolzarri cree que el horizonte se presenta despejado. De hecho, su objetivo es “convertirnos en el mejor banco comercial de España”. El mercado nacional se situará, explica, como el centro de toda la estrategia, ya que “no hacerlo sería un error estratégico”.

Tarjetas Black de Caja Madrid

Goirigolzarri también se ha referido al escándalo de las tarjetas Black de Caja Madrid, y que afectaron también a la entidad, “cuya operativa desapareció justo antes” de que él llegara a Bankia.

Sin embargo, prefiere no hablar de los ex presidentes de Caja Madrid, Rodrigo Rato y Miguel Blesa, porque “cada uno es responsable de sus actos, y si se comportan de una determinada manera, ese es su criterio”. Es más, sostiene, “los hechos hablan por sí solos”, para añadir que nada más acceder a la presidencia, una de sus primeras decisiones fue la de cambiar “íntegramente” los consejos de administración de BFA y Bankia “por lo que todos sus consejeros abandonaron el puesto”.

Pese a la gravedad de la situación, el presidente de Bankia prefiere no generalizar en torno a la situación de las cajas puesto que “algunas han tenido un comportamiento excelente. Las que no lo han tenido ha sido por un problema de gobierno corporativo, errores de capacidad y de comportamiento”. Especialmente, añade, “de profesionalidad”, algo de lo que “hubo un déficit evidente”.

La entrevista está de íntegramente en el número de Capital de noviembre 2014