La propuesta, que han planteado cuatro senadores demócratas y otros tantos republicanos, contempla un proceso duro, pero justo para los 11 millones de peronas que se estima residen en Estados Unidos de forma irregular. Para poder acceder a ella tendrán que demostrar el tiempo que llevan viviendo en el país, tener trabajo, pagar los impuestos atrasados, una multa y aprender el idioma y las costumbres del país. Hecho esto, tendrán que pasar un examen y después recibirán, cuando les corresponda, el permiso de residencia. Una reforma migratoria que irá acompañada de un endurecimiento y modernización de las leyes de migración.

El objetivo de esta neduda es evitar la entrada de nuevos inmigrantes,  y permitir una fácil localización de aquellas personas cuyos visados vayan expirando. Será esta semana cuando se pronunciará el presidente, Barack Obama, que podría proponer un texto inicial sobre el que empezar a negociar.