El socialista se ha impuesto en la primera vuelta de los comicios al actual presidente galo, por un 28% de los votos frente a un 27%. Un resultado que abre la esperanza a la izquierda francesa, que no gobierna desde hace 17 años, pero en los que destaca el fuerte avance de la  ultraderecha de Le Pen, con un 18,15% de los votos. A la segunda vuelta pasan Hollande y  Sarkozy, que ahora tendrán que buscar el apoyo de los demás partidos. El socialista cuenta ya con el de Melinchon y Joly. Unos apoyos que llevan al socialista  Hollande a estar confiado, y habla ya de castigo a Sarkozy.

Le Pen, por su parte, se pronunciará el 1 de mayo si apoya o no a Sarkozy, mientras que Bayrou espera a negociar con el todavía presidente. De ahí que el candidato de la derecha, haya empezado ya a tender puentes con la ultraderecha.

DOS CANDIDATOS, DOS MODELOS ECONÓMICOS

En las elecciones en Francia no sólo deciden al futuro presidente del Gobierno sino que también se trata de escoger entre dos modelos económicos diferentes. Por un lado, el ya conocido de Nicolas Sarkozy, alineado con las tesis de Angela Merkel, y que promueve el ajuste fiscal inmediato. Y por otro, el del socialista François Hollande, que apuesta por combinar el ajuste fiscal -retrasándolo ligeramente- con la permisividad de una cierta expansión económica. Un modelo que, por cierto, levanta recelos en muchos economistas.