Lázaro, levántate y anda

Negar que la cosa está mal es tontería. Es algo evidente y negar la evidencia, sería como añorar los viejos tiempos en los que nuestros gobernantes nacionales y europeos se empeñaban en asegurar que no había crisis. Que era una ralentización, nos decían. ¡Menos mal! Han pasado casi tres años del inicio de todo, y cuando por fin veíamos algún que otro brote verde entre nuestros vecinos, nos echa un jarro de agua fría. Francia dice ahora que no cumplirá sus perspectivas de crecimiento el año que viene, y Portugal asegura que su déficit seguirá aumentando el próximo curso. Apañados vamos.

Pero como decía, la cosa está mal. Muy mal. Sin embargo, nadie –o casi nadie- aporta soluciones. Al contrario. Con asegurar que lo mejor que podemos hacer es emigrar, es más que suficiente. Ahora bien, que no es de extrañar. No podemos olvidar que aunque en Primera Hora hablemos semana tras semana con emprendedores, éstos suponen cerca de 3.110.000, según datos del RETA.

Si echamos un vistazo a los números, nos encontramos una realidad que es aplastante: España tiene, según datos del INE del mes de julio, 23.136.000 personas activas, de las cuales 4.800.000 están desempleadas. 15.000.000 son asalariados, de los que cerca de 3.200.000 trabajan en la administración pública de algún u otro modo, según datos de FUNCAS.

A la vista está que el sector público supone más que los trabajadores por cuenta propia. Y que la administración y los parados, tan sólo difieren de los asalariados en 4.000.000 de personas. ¿Qué quiere decir todo esto? Varias cosas.

Lo primero de todo, que todavía seguimos teniendo la mentalidad de que el funcionariado y las Administraciones son el mejor trabajo que podemos tener. En segundo lugar, que todavía no somos un verdadero país de emprendedores, y tercero: que no podemos estar todo el día lamentándonos. Se necesita un cambio de actitud, remar en una dirección diferente, arrimar el hombro y, a partir de ahí, empezaremos a ver la luz al final del túnel.

En definitiva, nada de salir corriendo. Al revés, se trata de hacer como Jesucristo con Lázaro: el milagro para poder decir “levántate y anda”.

Arturo Criado
Director de Primera Hora, en Gestiona Radio