Hasta el momento se buscan acuerdos en las partes más complicadas de todo el asunto: la desaparición de las barreras no arancelarias, y el acceso de las empresas europeas a las subastas de los suministros de equipamiento por parte de los organismos del Estado nipón. Unas condiciones que, por ahora, Japón ha aceptado, pero no ha llevado a cabo los cambios normativos necesarios para llevarlos a cabo.

El acuerdo puede suponer un crecimiento del Producto Interior Bruto europeo de entre 6 y 8 décimas. Un crecimiento que, según las estimaciones, daría lugar a la creación de 400.000 puestos de trabajo.

Esta búsqueda del acuerdo de Tratado Comercio entre Japón y la Unión Europea llega después de conocer que el índice de precios al consumo del país nipón cae un 0,5% en tasa interanual durante el pasado mes de marzo.