En casa de Monica Bellucci

Critican a Nacho Sánchez Amor, que poca culpa tiene de su segundo apellido, por “sexista y machista”. Que es como criticar a alguien por “sexista y hembrista”, tal cual el mismo dislate. Y sin embargo nada le dicen por desnaturalizar el concepto de escrache, quizá porque sabe mejor que nadie esa izquierda oficial, tan descafeinada como su feminismo de salón, que el desastre hipotecario es tan responsabilidad suya como de quienes hoy ocupan La Moncloa.

Leo que los escraches gozan de un 89% de aprobación en la población, como si eso fuera buena prueba de que sus organizadores merecen alguna medalla. También es un exitazo de audiencia ese show mascachapas de la tele en el que unos famosos se dan barrigazos contra una piscina, y quizá es otra cosa, y no una medalla, lo que debería colgar del cuello de tanto espectador acomodado. Tan acomodado como el feminismo institucional, no por lo de feminismo, insisto, sino por lo de institucional.