Chipre tiene pocas opciones. Y Europa tampoco

Las previsiones se cumplen en cuanto a lo que iba a suceder en la isla tras el rechazo por parte del Parlament chipriota de las condiciones del rscate acordadas con la UE, el BCE y el FMI. Señalaba en la entrada anterior del blog que Chipre tenía muy pocas opciones para conseguir los 5.8 billones de Euros (6 billones para redondear) que la Troika le exigía para financiar los costes de la reeestructuración financiera y el recate nacional que necesitaba.

Ya entonces el Ministro de Finanzas se marchó a sondear al Gobierno y los bancos rusos para ver si les rescataban de alguna manera de las garras de la Troika. Rusia no es un socio fiable para rescates (ni financieros ni de otro tipo). Es posible que haga alguna declaración solemne, pero después no hay transferencias de fondos (en Islandia todavía están esperando los 4 billones de Euros que el Kremlin aseguró que iba a aportar para su rescate). Rumores sobre la concesión de la explotación de gas, una base naval, … sin sentido. Los únicos ingresos que va a tener Chipre en los próximos años (si todo sale bien) van a ser los procedentes de la explotación de gas, así que no iban a cederlos al precio que estaban dispuestos a pagar los rusos. Eso hubiera supuesto la desaparición de Chipre como tal. Lo máximo que han conseguido es una declaración de intenciones para colaborar con el rescate una vez se firme el acuerdo con la Troika (que hagan cola para recibir su ayuda).

Chipre no tiene forma de conseguir los 6 billones de Euros por sí misma tampoco. Aunque la Iglesia chipriota renuncie a todos sus bienes terrenales (y no sólo a algunos terrenitos), y se haga una quita sobre la deuda soberana, no se recauda ni mucho menos lo necesario. No voy a comentar la idea del Fondo Solidario: creo que la solidaridad de los ciudadanos de la isla es para con ellos mismos en lugar de con los poseedores de depósitos superiores a 100.000 Euros y en las manifestaciones y huelgas de esta semana en Madrid no me ha parecido escuchar ningún grito a favor de Chipre, ni siquiera lo mencionaban en los motivos que las fundamentaba ante las autoridades pertinentes, y en la bandeja de spam de mi correo electrónico no había ninguna cuestación: más aún, estaban los intentos de phishing habituales, pero nada de Chipre.  En los vagones del Metro y en los andenes de las estaciones, todo lleno a rebosar, nadie echaba la culpa ni al BCE ni al FMI, y los mendigos habituales no pedían para pagar la deuda de Chipre. En resumen, nada.

Chipre había amenazado con que sus bancos sistémicos iban a sembrar el caos en los mercados financieros internacionales y crear otro “momento Lehman Brothers” en la economía internacional. No ha sido así. Los bancos chipriotas pueden caer y eso no provocaría una gran crisis. El problema lo ha creado el acuerdo anunciado del gravamen sobre los depósitos garantizados: ese anuncio, que pilló totalmente desprevenido al BCE, es el que ha causado los principales problemas, y si no se ha visto un reflejo mayor en los mercados es por la intervención del BCE.

Chipre parace que ha ofrecido un plan alternativo en el que incluyen una “reestructuración financiera”. No sé exactamente qué significa exactamente el término, o si resulta ser un simple eufemismo. En cualquier caso, hay que recordar que si la UE se pone realmente seria, puede obligar a cerrar los bancos insolventes (la vía islandesa), y entonces sí que se producen pérdidas realmente duras para los que tienen depósitos no garantizados (pueden perder todo). Eso sí que sería aceptar un órdago a todo. La propuesta de crear un “banco malo” y un “banco bueno” está a medio camino, pero sigue siendo peor para los impositores extranjeros. La gente piensa que los extranjeros que tienen el dinero en Rusia son todos ricos mafiosos: no es así. Las empresas que tienen que realizar transacciones financieras con otras empresas europeas tienen unos costes de transacción mucho menores si los intercambios no tienen que pasar por un banco radicado en territorio ruso (por esa razón muchas empresas españolas tienen cuentas en países de la zona euro, por ejemplo). Además, la inestabilidad política ha llevado a muchos pequeños ahorradores del norte de Africa y Oriente Medio a sacar su dinero de sus países de origen y llevarlo a la zona Euro, y Chipre era lo que tanían más próximo, además de tener lazos culturales y comerciales tradicionales.

Pero algo sí ha pasado. Por un lado, la economía de la isla ha dado un salto en el tiempo 50 años en el pasado: ni cajeros automáticos, ni tarjetas de crédito, ni banca por Internet. Si esto sigue así en 2 meses ya pueden montar un Parque Jurásico en la isla. Desde luego, esta es una noticia para los que en Economía se quejan de que no pueden realizar experimentos en el campo de la Economía Monetaria. Bienvenidos a la economía de trueque.  No tiene gracias: el dinero fiduciario aparece en las economías no por capricho, sino porque reduce los costes de transacción, favoreciendo los intercambios y el crecimiento. Hoy día es impensable el comercio sin dinero. Por otro lado, hay que recordar que fiduciario viene de la traducción de confianza en Latín. En el momento que se trunca la confianza, el dinero es inútil, y aquí viene la segunda part de la tragedia.

El segundo punto de lo que ha pasado es que se espera una salida de capital masiva de la isla en cuanto sea posible. Se estima que el capital susceptible de salir de la isla es de cerca de 15 billones de Euros. Eso es la cantidad e efectivo que poseen los bancos chipriotas más los activos que pueden convertir en dinero en menos de una semana. Es decir, puede que desaparezca el equivalente al 80% de su PIB anual. Para evitarlo se han tenido que establecer planes de control de crédito. El control de crédito tiene varios efectos:

Aparte de que sea dudosa su legalidad (hay dos artículos que la permiten y uno que la prohibe), su establecimiento socava aún más la confianza en la Unión Monetaria, y aleja la posibilidad de crear una Unión Bancaria (eso para otro post).
Por otro lado, un control de capitales es equivalente en efectos macroeconómicos a una reducción de la oferta monetaria, es decir: aumento de los tipos de interés y mayor depresión.

En definitiva, los controles de capitales son una opción que no se hubiera planteado jamás de no ser por el tremendo error cometido la semana pasada. Por cierto, los que sacaron sus capitales la semana pasada por la vía rápida, mediante una transferencia bancaria a la sucursal en Londres del banco chipriota se han encontrado con una desagradable sorpresa: su dinero sigue bajo la ley chipriota y, al no estar protegido por las leyes británicas, es susceptible de sufrir la quita en los depósitos. Hay quien dice que los controles de capitales no sería necesarios si en el plan que se apruebe finalmente  se elimina la tasa a los depósitos garantizados: mi opinión es que ya es demasiado tarde para eso, y van a ser inevitables.

Se rumorea que este fin de semana puede haber acuerdo, de forma que se salve el límite temporal autoimpuesto por la UE, que termina el próximo lunes. El acuerdo más favorable a Chipre es el que rechazó la semana pasada. Pero me temo que los acontecimientos de esta semana hayan modificado sustancialmente la situación y que todos tengamos que pagar un precio mayor por el rescate. Pero mucho me temo que lo peor para la UE es el daño que se ha infligido innecesariamente a su reputación. No sé donde he escuchado algo así como: “Las crisis se resumen en tres tipos: crisis de solvencia, crisis de liquidez y crisis de estupidez”. Pues eso.