Siempre se puede empeorar

Hemos visto números verdes en Wall Street donde el S&P ha vuelto a tocar máximos históricos, y los vimos ayer en Europa, donde el Ibex 35 con una subida del 3.35% lideraba las alzas sin hacer caso a los pronósticos europeos de que nuestra economía puede seguir en recesión durante 2014.

Siguen abiertas las críticas, entre ellas las de Mariano Rajoy, a la actuación del Banco Central Europeo, que no pone en marcha políticas de estímulo. Sin embargo a Draghi le ha salido una defensora inesperada. Christine Lagarde asegura que la política monetaria del BCE se está desperdiciando por el escaso saneamiento del sistema financiero. De hecho, a su juicio, es necesario seguir recapitalizando, reestructurando o cerrando bancos para que, de una vez por todas, el crédito empiece a fluir hacia los clientes. Algo que, según José Ignacio Gorigolzarri, presidente de Bankia, podría empezar a suceder en España a finales de año. Aunque eso todavía está por ver. Que si algo ha demostrado esta crisis, es que cualquier previsión es susceptible de empeorar en cualquier momento.

Sea como sea, lo que cada vez está más claro es que ese doble camino entre la economía de mercado y la economía real está cada vez más patente y abierto. Están más lejanas, pues los mercados están en plena euforia mientras las economías estatales y las de los ciudadanos son cada vez más débiles. Por eso es cada vez más importante unificar criterios en Europa: unidad bancaria, fiscal y acabar de una vez por todas con el fraude fiscal. Un paso que han dado España, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido para intercambiar información e intentar poner fin a la evasión de capitales. Algo que, muy pronto, podrán hacer también con los paraísos europeos: Luxemburgo, Austria y Liechtenstein, con lo que se seguirá avanzando hacia una auténtica moneda única que permita reducir las diferencias entre Estados que tenemos en estos momentos.