De previsiones, pactos y fútbol

Estas malas perspectivas, unidas a la creencia de que la Reserva Federal podría retirar estímulos del mercado, han llevado al Yen a su mayor revalorización en dos meses. Mientras, todos los indicadores coinciden: Europa es el principal lastre de la economía global.

Parece evidente que hay que cambiar en algo la política económica. Y para instar a ello a Bruselas se va a firmar un acuerdo en el Congreso de los Diputados. Populares y Socialistas se van a reunir hoy con las formaciones del Congreso para intentar sumarlas al Pacto alcanzado entre ambos para llevar una postura común al Consejo Europeo de finales de mes. Una negociación complicada a la que se espera se sumen el PNV, CiU,  UPyD, y que sea rechazada por el resto de partidos por estar negociado entre las dos grandes formaciones. El contenido del mismo todavía está por definir, pero irá en una línea económica y de apoyo al empleo juvenil. Este acuerdo debería servir para decir que hay que levantar el pie del acelerador de los ajustes, y que éstas peticiones deben trasladarse también a las políticas más cercanas. A las de casa. Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba llegaron al acuerdo por teléfono, aunque antes en el Congreso ya se pusieron ojitos mutuamente…

El nombre de la jornada sigue siendo el de Leo Messi. Ocupa hoy buena parte de las portadas de la prensa mundial, después de que la fiscalía se haya querellado contra él por un supuesto delito de fraude fiscal de más de 4 millones de euros. Una buena noticia por lo que supone luchar contra el fraude, pero un camino peligroso el que abren la fiscalía y la Agencia Tributaria.

Messi no puede ser un títere para demostrar que todos somos ante la Ley, porque se mueve en un sector –el del futbol- cuyas aguas resultan demasiado turbulentas al estar plagadas de comisiones, deudas, primas y demás complementos que en ocasiones quedan al margen de la Ley. Si se abre el camino contra Messi, y se confirman las acusaciones, debe también actuarse contra el resto del mundo del futbol. Pero para eso, me temo, que queda mucho tiempo para que nuestros ojos lo vean.