Una velada para el sentido común

 

Hoy les voy a pedir que me permitan ponerme corporativo. Un día al año no hace daño y además piensen que lo hago sin pedir permiso a los protagonistas de la historia. Es decir, que la cosa tiene su morbillo. Y más si les digo que tiene que ver con la cena periódica que el director de Primera Hora de Gestiona Radio, Arturo Criado, organiza para su equipo de contertulios y colaboradores. Don Arturo, le ruego me disculpe este ataque de confidencialidad desvirgada.

Como es lógico, no les diré más nombres de pecadores, pero sí les hablaré del pecado. No me refiero tanto a la cena, un tanto pantagruélica y por tanto merecedora del mismo Dionisos, sino a lo que sobre ella se va tejiendo en forma de conversaciones cruzadas.

 

Y hete aquí que me encuentro que para buena parte de quienes hacen posible a diario este rato de charla inteligente en las ondas, procedan de la izquierda o de la derecha, del presente o del futuro, hay quórum en una cosa: no estamos en una crisis, sino en una estafa programada de reconversión de la deuda privada en deuda pública.

Y me digo que vaya país tremendo. Aquel cuya única emisora 100% económica cuenta con un plantel de lujo que sabe que la crisis no es tal, y ni por esas salimos del agujero. Quien les habla, último mico de la cena y de esta emisora, se agarra a las palabras de estos comensales para confiar en que, a pesar de todo, hay lugar para el sentido común.