Román (Vodafone) critica la «agresividad» comercial en el fútbol televisado

El presidente de Vodafone España, Francisco Román, hizo este lunes un llamamiento a rebajar la “agresividad» que hay actualmente entre competidores en el negocio de la telefonía, a cuenta de la guerra de ofertas comerciales que se ha desatado en los últimos meses, sobre todo por el fútbol televisado.

En la presentación del último informe de responsabilidad social de Vodafone España, Román afirmó que “la agresividad comercial forma parte del desarrollo normal del mercado, pero “hay que buscar un equilibrio entre la capacidad de inversión a largo plazo y la batalla por la competencia”.

“El riesgo viene cuando el péndulo se mueve excesivamente hacia una ferocidad en la que sacrificas valor, y las compañías de telecomunicaciones estamos sufriendo en márgenes y resultados”, añadió Román. “A todos nos gustaría que hubiera menos agresividad y poder mirar el largo plazo con un poquito más de aire en los pulmones y con más serenidad”.

El directivo insistió en que la competencia es “estupenda” y lo dice “una compañía que a lo largo de su historia solo ha trabajado en competencia; mientras algunos de nuestros rivales se han curtido muchos años en el monopolio, nosotros no, y tratamos de hacerlo lo mejor posible”.

Sobre el nivel de impuestos que tributa Vodafone en España, dijo que no hace comentarios sobre si son elevados o injustos. “Solo cumplimos con las leyes”, remarcó, “pero es verdad que a veces hay ribetes que nos parecen estrafalarios o inconvenientes, que no ayudan; por ejemplo, hemos dicho muchas veces que qué pintamos nosotros sufragando la supresión de publicidad en la televisión pública, no son medidas muy útiles”.

En relación con la decisión de Vodafone de no renovar esta temporada los derechos televisivos de la Champions League y el ‘partidazo’ de laLiga, reiteró la filosofía que se ha marcado el grupo: “Económicamente es inviable”, afirmó, “puede que no ofrezcamos la Champions y haya clientes que no se queden con nosotros, pero es algo que aceptamos, porque es algo que tiene un impacto económico de 300 millones de euros al año. Económicamente no es viable”.