La compañía que preside ha terminado la jornada con una caídas en Bolsa significativas abocadas por la venta del accionariado que Pemex tenía de la petrolera. Ha vendido casi un 8% de las acciones de Repsol a través de Citigroup Global Markets Limited y Deutsche Bank. La empresa mexicana ha explicado que ha dejado el accionariado porque los títulos de la empresa española no estaban siendo rentables y se ha embolsado 2.700 millones de euros. Con este paso, Pemex solamente conservaría un 1.44% de Repsol.
No ha conseguido el presidente poner paz en el accionariado, pues la petrolera estatal mexicana ya estaba amenazando con esta venta desde hacía algunos meses, los analistas no creían que este paso llegaría y aquí lo tienen. Se lo han quitado de encima sin remordimientos. Ahora los expertos esperan que sea Sacyr la que de un paso adelante y amplíe su presencia en la petrolera de Brufau.
Desde el primer momento de la compra de acciones de Repsol por parte de Pemex hubo polémica. La mexicana invirtió en la española en un escenario poco favorecedor para Pemex porque estaba en pérdidas y aun así decidió la inversión, una decisión poco respaldada por el pueblo mexicano en su momento.