La firma de servicios petroleros Baker Hughes se anotó unas pérdidas netas atribuidas de 170 millones de dólares (143 millones de euros) en el tercer trimestre de 2020, frente a las ganancias de 47 millones contabilizadas en el mismo periodo del ejercicio anterior, según las cuentas trimestrales publicadas este miércoles por la empresa.
«Tras una agitación significativa durante el primer semestre del año, los mercados de petróleo se han estabilizado hasta cierto punto. Sin embargo, la recuperación de la demanda está empezando a nivelarse y todavía sigue habiendo mucho exceso de capacidad, lo que podría crear volatilidad en el futuro», ha alertado el presidente y consejero delegado de la firma, Lorenzo Simonelli.
La facturación entre julio y septiembre fue de 5.049 millones de dólares (4.250 millones de euros), un 14,2% menos. Por segmentos de negocio, los servicios para campos petrolíferos cayeron un 31%, hasta 2.308 millones de dólares (1.943 millones de euros), mientras que el equipamiento vendido a campos se mantuvo prácticamente estable en 726 millones de dólares (611 millones de euros).
La rama de soluciones de turbomaquinaria y procesamiento se elevó un 26%, hasta 1.513 millones de dólares (1.273 millones de euros), mientras que la cifra de negocio de soluciones digitales cayó un 17%, hasta 503 millones de dólares (423 millones de euros).
El coste de los ingresos se contrajo un 10,3%, hasta 4.292 millones de dólares (3.613 millones de euros), al tiempo que los gastos de venta, generales y administrativos fueron de 565 millones de dólares (475 millones de euros), 16,8% menos. El coste de la reestructuración fue de 209 millones de dólares (176 millones de euros).
Entre enero y septiembre, la empresa registró unas pérdidas netas atribuidas de 10.592 millones de dólares (8.917 millones de euros), frente a las ganancias de 80 millones (67 millones de euros) del mismo periodo de 2019, al tiempo que la facturación descendió un 13%, hasta 15.210 millones de dólares (12.805 millones de euros).