British American Tobacco (BAT) aspira a tener en el año 2030 unos 50 millones de consumidores de sus productos no combustibles y, en ese sentido, invierte casi 350 millones de libras (casi 407 millones de euros) al año para encontrar nuevas formas de contribuir a la reducción del daño causado por el tabaco, según recoge su Informe de Ciencia e Innovación 2020/2021.
La compañía defiende que su misión es crear y perfeccionar alternativas para reducir los daños causados por el tabaquismo y, en ese sentido trabajan sus equipos de I+D. «Nuestra ciencia, transparente y de carácter mundial, permite a los consumidores comprender y confiar en el rendimiento, la calidad y la fiabilidad de nuestros productos de riesgo reducido», ha señalado David O’Reilly, director de Investigación Científica del grupo.
BAT cuenta con tres categorías para aumentar esas posibilidades de elección de los consumidores, productos de vapeo, productos de tabaco calentado y productos orales de nicotina modernos, aunque estos últimos no se comercializan en España.
En el mismo informe, BAT recoge una «apuesta firme» por la I+D, en donde invierte más de 350 millones de libras anuales y donde trabajan 1.500 personas, desde expertos en biología molecular, a toxicología o química. «Es precisamente esa amplitud de experiencia lo que alimenta la innovación y el aprendizaje que distingue a la compañía como líder de la industria», recoge el documento.
«La ciencia es la fuerza que mueve la sociedad actual y los científicos no cesan de ampliar los límites para descubrir soluciones que transformen todas nuestras vidas. La pandemia nos ha demostrado que la ciencia nunca ha sido tan importante para nuestra forma de vivir, trabajar y funcionar. Nos protege de maneras que a veces pasamos por alto, por lo que, en todo el mundo, el trabajo de los científicos se estudia y se celebra», ha subrayado O’Reilly.
En su informe, la compañía británica también defiende que ahora y tras la irrupción de la Covid-19, la colaboración dentro de la comunidad científica es «más esencial que nunca» y mantiene que «la extraordinaria velocidad con la que se pudieron desarrollar nuevos tratamientos y vacunas se debió, en gran parte, a la creación de nuevas asociaciones, al intercambio de datos, a la colaboración y al trabajo conjunto en formas nuevas y potentes».
A su juicio, la «rápida respuesta» a la pandemia es «sólo el último ejemplo de cómo la experiencia científica de BAT está ayudando a construir un mañana mejor», tal y como apoya con su estrategia homónima (‘A Better Tomorrow’), desarrollando nuevas vacunas utilizando su tecnología única basada en plantas.
«Gracias a los nuevos métodos de cultivo y extracción de biofármacos de las plantas, pueden desarrollar millones de dosis a la semana, perfectamente adaptadas a la actual crisis sanitaria, así como opciones de respuesta rápida para posibles pandemias futuras. La búsqueda de usos alternativos para las plantas se debe a la extraordinaria experiencia científica de nuestra unidad de bioprocesamiento de Kentucky (KBP)», señala el informe.