Si tan solo hace un año nos dicen qué Gran Bretaña iba a votar salir de la Unión Europea, que Donald Trump iba a sentarse en el despacho oval, que es posible que Wilders sea en menos de veinte días el primer ministro holandés y Marine Le Pen fuera la favorita para liderar la sexta potencia mundial nadie nos creería.
El hecho es que sí. Que todo esto está pasando y las naciones y los mercados sobreviven, susto tras susto, a los vaivenes de una sociedad global que antepone el llamado «populismo» a otras variables a la hora de votar. Pero ¿por qué lo hace?
Si buscamos en los antecedentes nos damos cuenta que los votantes preferían un «malo conocido» antes que una aventura desconocida por muy prometedora que fuera. Las personas han dejado de creer en los miembros del «sistema», porque después de varias alternancias, estas no han dado solución a sus problemas reales.
Hay además un «gap» entre las clases que han sobrevivido a la crisis de los últimos años con más fortuna y las que se han rebajado sus expectativas para trabajar más, ganar mucho menos, y con un contrato precario. Así se pierde la ilusión.
En este contexto de dificultad para prosperar aparecen líderes muy carismáticos que prometen que el salirse de todos los acuerdos nacionales (Cataluña) e internacionales (Brexit, Le Pen, Acuerdo de Libre Comercio EA,…) , monedas únicas (Euro) y demás es la panacea para todos los problemas. Aunque tristes experiencias del siglo XX y XXI nos digan lo contrario. Y la clase media, harta de ver como no prospera, se cansa y decide votar al lobo con piel de cordero. En el caso español, la corrupción ha propiciado una razón de más para dar votos al populismo.
La decepción de las clases medias es la verdadera razón del alza del populismo y solo con su defensa a través de planes promovidos desde las instituciones y empresas, se recuperará la ilusión del votante y la estabilidad de los mercados.
Y ahora Holanda: ¿Quién es Geert Wilders?
Este liberal en su origen creó el Partido para la libertad en 2006. Se trata de un declarado enemigo del Islam. Ha sido llevado a juicio en varias ocasiones por insultos pero siempre ha sido absuelto. El «manifesto» del Partido para la Libertad ocupa solo un folio en el que su principal objetivo es la desislamización de Los Paises Bajos. Para lo cual no dudaría en cerrar las mezquitas y prohibir el Corán. Por supuesto, promulga salir de la Unión Europea, cerrar las fronteras y aumentar el gasto en defensa e interior. Las encuestas le otorgan la victoria por delante del Partido Liberal del Primer Ministro Mark Rutte. Pero estas encuestas, que solo reflejan tendencias, auguran una coalición de hasta cinco partidos para poder formar gobierno. Lo tiene complicado pero si lo consigue, no hará falta esperar a Mayo con Le Pen para asumir un nuevo terremoto en los mercados.