China está estudiando aumentar los aranceles a la importación de vehículos de combustión europeos con motor de gran cilindrada, según ha admitido el Ministerio de Comercio en las últimas horas.
Pekín tomaría estas medidas en represalia contra las trabas comerciales comunitarias –de hasta el 45,3%– a los coches eléctricos chinos y en virtud de salvaguardar «firmemente» los derechos a intereses «legítimos» de las industrias y empresas del gigante asiático.
Al tiempo, China está llevando a cabo una investigación antidumping sobre ciertos productos de carne cerdo importados de la Unión Europea como medida de presión contra los países del bloque, así como la investigación sobre los subsidios concedidos a ciertos productos lácteos importados del bloque comunitario.
OFENSIVA A LA INDUSTRIA DEL BRANDY
Desde este próximo viernes, el Gobierno de Xi Jinping impondrá «medidas antidumping provisionales» sobre las importaciones de determinados brandys originarios de la Unión Europea, revirtiendo así la decisión de finales del pasado mes de agosto, cuando había descartado fijar aranceles sobre las importaciones de licor procedentes de los Veintisiete.
La postura del gigante asiático contempla la imposición de márgenes de entre el 30,6% al 39% a una serie de marcas europeas, incluyendo Bodegas Osborne y Miguel Torres, a las que aplicará un 34,8%.
De este modo, a partir del 11 de octubre de 2024, los operadores de importación deberán proporcionar el depósito de garantía correspondiente a la Aduana de la República Popular China cuando importen brandy originario de la Unión Europea.